Seguir el camino del médico emprendedor es todo un reto, especialmente para las mujeres médico, quienes por un lado deben de conservar el profesionalismo que caracteriza al galeno y, por otro, deben desarrollar capacidades de liderazgo para liberarse del tabú que dicta que las mujeres no siempre pueden convertirse en buenas empresarias.
Ante tal panorama, la idea de impulsar el liderazgo resulta indispensable pero, ¿cómo hacerlo? En primera instancia habría que enfrentar tres retos básicos:
Entender el entorno
Parte fundamental en la vida de la mujer es su familia, por tanto, conviene saber quiénes somos, hacia dónde vamos y quién nos acompaña en el camino que hemos elegido, a fin de delinear nuestras expectativas de crecimiento.
Eliminar el miedo
Para que la doctora se convierta en médico emprendedor exitoso es indispensable no sólo ser perseverante, hay que ser audaz para tomar decisiones que causan temor al fracaso y pueden ser desaprobadas por la mayoría, sin embargo, el objetivo siempre será mantenerse firme para llegar a donde se desea.
Evitar las comparaciones
Si bien hay que ser competitivas, el peor error en que se puede incurrir es compararse con los colegas varones, pues esto sólo indica debilidad de carácter. Una médico líder siempre perseguirá sus objetivos particulares por encima de las expectativas de la gente, ya que tendrá claro qué es lo que desea y necesita.
Las mujeres que elijan el camino del médico emprendedor tendrán que combinar destrezas profesionales con habilidades personales, deberán ser facultativos, madres, esposas, hijas o hermanas, o todas a la vez, con la consecuente carga social que esto implica, por ello, se requiere de una evaluación personal exhaustiva con el compromiso de observar las debilidades propias como campos de oportunidades.
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