Esto lo sabes muy bien: los médicos constantemente deben aguantar horarios corridos, exigentes, extenuantes, trabajo excesivo y por si fuera poco, casi todo el tiempo están rodeados de patologías que pueden ser muy contagiosas.
Esta sobrecarga de trabajo puede ocasionar que te encuentres bajo mucho estrés, aspecto que deberías cuidar ya que puede ocasionar que cometas un accidente que perjudique a tu paciente o a ti mismo.
Trabajar en un hospital o una clínica siempre conlleva un riesgo sanitario. Estos son algunos de los más comunes, aprende a prevenirlos:
¿Te cortaste?
Las cortadas y los pinchazos son los riesgos más usuales entre los profesionales de la salud, por lo que debes tener mucho cuidado al tomar muestras de sangre o suturar una herida. Antes de hacerlo, cuida tener todo el material necesario a la mano. Cuando hayas terminado retira todo el material contaminado de tu mesa de trabajo o de la cama del paciente y deposítalo en un recipiente de residuos biológicos-infecciosos.
Cuídate de los fluidos
Existen tantas secreciones y sustancias biológicas de las que debes cuidarte, que es posible que éstas caigan en tu bata o en el peor de los casos, en tu cara. Ya sea durante un parto o durante otro procedimiento quirúrgico, por muy pequeño que sea, no olvides investigar los padecimientos del paciente: VIH, hepatitis C, etc. En estos casos siempre procura usar doble guante, cubrebocas y protección ocular.
Cuidado con los desfibriladores
Aunque es menos común, el riesgo de sufrir una quemadura es muy latente si el procedimiento no se hace con cuidado, ya que la descarga eléctrica puede alcanzar a alguien ocasionando quemaduras graves.
Sala de rayos X
Si un paciente necesita un estudio de imagen y debe ser canalizado a la sala de rayos X, ponte de acuerdo con tu equipo de trabajo y túrnense para que cada uno de ustedes no se exponga por mucho tiempo. No olvides usar el equipo de protección antes de entrar.