x

Amebiasis, diagnóstico temprano y tratamiento

La amebiasis es una de las parasitosis más tempranamente reconocidas y universales. Es la cuarta causa de muerte en el mundo debida a infección por protozoarios después del paludismo, la enfermedad de Chagas y la leishmaniasis, y la tercera causa de morbilidad después del paludismo y la tricomoniasis.1 Centro y Suramérica, África y Asia son consideradas zonas endémicas para amebiasis. Los factores de riesgo en las naciones desarrolladas son: haber viajado a los trópicos, ser residente de una institución para retrasados mentales, ser inmigrante de un país en vías de desarrollo.

Aunque la amebiasis no es una infección oportunista, no es clara la relación entre inmunosupresión y amebiasis. Se ha observado una incidencia creciente del amebiasis en pacientes con VIH, lo que ha alertado sobre la disminución en la práctica de sexo seguro y sobre la posibilidad de que el VIH sea un factor de riesgo independiente2-3. Sin embargo, no se ha demostrado que la infección por VIH aumente la seriedad de la infección amebiana4, aunque algunos autores lo proponenen2.

Patología

Desde los aportes de Councilman y Lafleur en 19815, a la descripción patológica son pocos. La amebiasis intestinal puede presentar alteraciones anatómicas, de acuerdo con su localización y van desde colitis ulcerativa a una apendicitis amebiana, pasando por el megacolon tóxico y el ameboma; el hallazgo anatomopatológico típico son las úlceras localizadas en el colon, predominantemente en el ciego, el sigmoide y el recto. Estas úlceras presentan dos patrones claramente definidos: nodular e irregular.

Manifestaciones clínicas

La infección amebiana presenta un amplio espectro de manifestaciones clínicas: colonización asintomática que ocurre hasta en 90% de los casos; la amebiasis intestinal (entre el 9 y el 10% de los casos), y que puede ir desde colitis amebiana hasta la peritonitis; o las amebiasis extra intestinales, entre la que se destacan la amebiasis cutánea y el absceso hepático que ocurre en menos del 1% de los casos4.

Diagnóstico

Durante mucho tiempo la confirmación parasitológica del diagnóstico se realizó por estudios microscópicos para visualizar la morfología del protozoario. Sin embargo, el descubrimiento de E. dispar, la cual es idéntica morfológicamente a E. histolytica, resaltó las deficiencias de este método. En su lugar, está surgiendo un número importante de pruebas basadas en la detección de antígenos y anticuerpos, y algunas de ellas diferencian entre las dos especies9.

Tratamiento

El tratamiento de la infección depende del diagnóstico clínico. Un paciente con un cuadro de colitis amebiana no requiere el mismo tratamiento que un portador asintomático, debido a los sitios y mecanismos de acción de los medicamentos empleados6.

Así mismo, se recomienda el tratamiento de los pacientes asintomáticos como una medida para controlar la transmisión, aunque no existen estudios que validen esta recomendación.

Inmunidad y prevención

Dada la morbilidad y la mortalidad asociadas al amebiasis, se investiga la posibilidad de desarrollar una vacuna, centrando los esfuerzos en generar una respuesta humoral contra la lectina Gal-GalNac por medio de la IgA, dado que disminuye hasta en un 86% la incidencia de amebiasis hasta dos años después de su aplicacion7. Aunque hay avances en este campo, todavía no hay una vacuna disponible para ser evaluada en seres humanos8.

  • Material dirigido solo a profesionales de la Salud
  • Información realizada para profesionales de la salud en territorio de Centroamérica y El Caribe
  • Todo lo publicado en la plataforma es una recomendación, más no una prescripción o indicación médica

MATERIAL EXCLUSIVO PARA USO DE FUERZA DE VENTAS DE RB PARA PROFESIONALES DE LA SALUD. PROHIBIDA SU DISTRIBUCIÓN A PÚBLICO

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  1. Petri WA Jr, Haque R, Lyerly D, Vines RR. Estimating the impact of amebiasis on Health. Parasitol Today. 2000; 16:320-1.
  2. Lewthwaitea P, Gillb GV, Hartb CA, Beechingb NJ. Gastrointestinal parasites in the immunocompromised. Curr Opin Infect Dis. 2005; 18:427-35. 18.
  3. Tsai JJ, Sun HY, Ke LY, Tsai KS, Chang SY, Hsieh SM et al. Higher seroprevalence of Entamoeba histolytica infection is associated with human immunodeficiency virus type 1 infection in Taiwan. Am J Trop Med Hyg. 2006; 74:1016-9. 21.
  4. Haque R, Huston CD, Hughes M, Houpt E, Petri WA Jr. Amebiasis. N Engl J Med. 2003; 348:1565-73. 10.
  5. Councilman, W. T. & Lafleur, H. A. (1891). Amoebic dysentery. Johns Hopkins Hospital Reports, No. 2, P. 395.
  6. Guerrant RL, Van Gilder T, Steiner TS. Thielman NM, Slutsker L, Tauxe R, et al. practice guidelines for the management of infectious diarrhea. Clin Infect Dis. 2001; 32:331-50. 40.
  7. Houpt E, Barroso L, Lockhart L, Wright R, Cramer C, Lyerly D, Petri WA Jr. Prevention of intestinal amebiasis by vaccination with the Entamoeba histolytica Gal/GalNac lectin. Vaccine. 2004; 22:611-7. 51.
  8. Snow MJ, Stanley SL Jr. Recent progress in vaccines for amebiasis. Arch Med Res. 2006; 37:280.
  9. Haque R, Petri WA Jr. Diagnosis of amebiasis in Bangladesh. Arch Med Res. 2006; 37:273-6. 49.

Compartir

Lo más Reciente

ÚNETE A LA COMUNIDAD DE PROFESIONALES DE LA SALUD