Investigadores de la Escuela Odontológica de la Universidad de Louisville en Kentucky, Estados Unidos, descubrieron que la bacteria porphyromonas gingivalis, responsable de enfermedades periodontales, se halla presente en el 61 por ciento de los pacientes con carcinoma de células escamosas del esófago (ESCC, por sus siglas en inglés).
Asimismo, el estudio permitió detectar la bacteria en 12 por ciento de los tejidos adyacentes a las células cancerosas y su nula presencia en el tejido normal del esófago.
El presente descubrimiento aporta la primera prueba que la bacteria porphyromonas gingivalis podría ser un factor de riesgo importante para el cáncer de esófago y servir como biomarcador para identificar posibles casos de la enfermedad.
El cáncer de esófago es difícil de diagnosticar tempranamente y se caracteriza por su rápido avance y elevada mortalidad. Por ello, los investigadores señalan que, de confirmar los resultados obtenidos, estos indicarían que la erradicación del patógeno contribuiría significativamente a una reducción notable de casos.