En multitud de ocasiones, arrastramos rencores y mal curamos cosas que no nos permiten avanzar. ¿Crees que merece la pena guardar esas cosas en la mochila de tu vida? Para no llevar ese peso encima, saber perdonar es la clave para poder ser más libre. Pero, ¿cómo puedes hacerlo? A continuación te vamos a mostrar algunas claves para aprender lo que es el perdón y ponerlo en práctica.
Razones para perdonar
Hay miles de motivos por los que todos deberíamos aprender a practicar el perdón. Aunque no nos referimos al momentáneo de palabra, que todos hemos usado alguna vez sino el que se lleva a cabo desde lo más profundo del corazón y convenciéndote de que es necesario y bueno. Lo que está claro es que perdonar hace a las personas:
- Liberar el rencor: practicar el perdón nos permite seguir adelante sin las ataduras de odio.
- Es la clave para tener una buena salud física, emocional y psicológica.
- Liberar todos los sentimientos negativos: el perdón sirve de válvula de escapa de esos sentimientos que ahogan nuestro corazón, a veces sin ser conscientes de ello.
- Encontrar la paz.
- Mejorar la vida social, ya que perdonar hace que deje de verse hostilidad en la gente, que las relaciones sean más sanas, más fluidas y más sinceras.
Fomentar el perdón
Al practicar el perdón también se aprende. Solo hay que intentarlo con ganas y convencimiento. Algunos consejos para perdonar y que puedes poner en práctica en tu día a día son:
Meditar
Encuentra un tiempo, cada día, para meditar y explorar tu mente. Trata de liberar cualquier resentimiento que se mantiene encerrado. Visualízate con un gran nudo en el estómago y ve respirando lenta y profundamente, mientras imaginas cómo vas deshaciendo ese nudo poco a poco.
Abandona tu sufrimiento
Perdonar no significa reconciliarse. No es lo mismo que tolerar lo que te ha hecho la otra persona, ni aceptar sin condiciones sus comportamientos. El perdón significa dejar de lado tu propio sufrimiento.
Busca positivismo
No dejes que el ambiente negativo de personas insensibles y desconsideradas recaiga sobre ti. Muévete en ambientes de bienestar donde puedas mantener tu mente y la energía que te rodea, sin contaminar.
Perdonar y perdonarte
¿Hay algo que no te perdones a ti mismo? Puedes empezar desde ya. Nadie es perfecto y, por tanto, tienes errores, al igual que los demás. Mereces la misma comprensión y compasión que el resto para poder encontrar la positividad y la libertad para vivir en paz.
El que no es capaz de perdonar es propenso a padecer ansiedad, problemas cardiovasculares, depresión, función neurológica alterada, dolor de espalda crónico y un mal funcionamiento del sistema inmunitario. Además, puede provocar una falta de vida social, llegando a sentirse la persona sola y miserable, incapaz de disfrutar de la vida plenamente.