Consejos para utilizar el lenguaje corporal a tu favor con los pacientes

Dentro del consultorio el lenguaje corporal es indispensable para transmitir seguridad y empatía al paciente durante las atenciones médicas.

Cuando un paciente acude contigo busca algo más que un diagnóstico. Además de lo que digas también importa la forma en que lo hagas e inclusive puedes transmitir mucho sin la necesidad de hablar. Es importante que también logres proyectar seguridad y empatía a los demás y una forma en que lo puedes conseguir es a través del lenguaje corporal. Aspectos sencillos como gesticulaciones o una mirada son suficientes para obtener resultados. Y del mismo modo, si no cumples con este elemento puedes ser catalogado como un médico descortés.

De tal forma, tu postura, tu mirada e inclusive la forma de abordar al paciente al interior del consultorio son aspectos imprescindibles en los que debes de poner atención. Los pequeños detalles son los que marcan enormes diferencias. Si quieres que las personas te prefieran a ti por encima de tus colegas es necesario que ofrezcas un servicio completo.

Humanizar el servicio médico

En ese sentido, nunca debes de olvidar que atiendes a personas y no a simples números de expediente. Si muestras una actitud fría durante la consulta, aunque ofrezcas un buen servicio, el paciente no se va a identificar contigo y es complicado que te ganes su confianza.

Por lo tanto, desde el momento en el que el paciente ingrese a tu consultorio debes de dejar tus demás actividades y establecer contacto visual. Recuerda que él será el centro de tu atención durante los minutos que dure la consulta. En caso de que no muestres interés no vas a lograr una identificación e inclusive puedes propiciar el enojo de las demás personas.

De forma paralela al lenguaje corporal, recuerda siempre ofrecer un saludo personal al paciente. Con el simple hecho de mencionar su nombre o apellido es suficiente para que vea que sí le importas. Es un pequeño gesto que nunca debe de faltar en tus consultas.

Escucha con atención al paciente

Como parte de la consulta, primera deja que el paciente se explaye y te indique sus síntomas y el tiempo que lleva con las molestias. No lo interrumpas y siempre mantén tu mirada centrada en la persona que tienes enfrente. Además de ser un acto de cortesía es una manera de generar confianza.

Es muy importante la escucha activa porque será la que te ayudará a poder identificar con precisión el origen de la enfermedad. De esta forma también vas a evitar ser redundante o hacer preguntas innecesarias. En muchas ocasiones las consultas se alargan por no poner atención a toda la información que proporciona el paciente. Si logras desarrollar esta habilidad vas a lograr ofrecer un servicio más ágil que te ayudará a incrementar tu productividad.

Después de escuchar al paciente y haber aplicado tu lenguaje corporal es momento de hablar. Al hacerlo, procura soltar tu cuerpo y nunca te mantengas quieto porque es una mala señal. Lo indicado es que muevas tus manos porque eso ayuda para mostrarte natural y permite un mejor flujo de la información.

De igual manera, al momento en el que te comuniques con el paciente debes de verlo a los ojos. Es un rasgo que transmite seguridad y honestidad. Puede ser complicado si debes transmitir malas noticias o un diagnóstico adverso pero en la Medicina siempre se debe ser directo y conciso.

Acciones que debes evitar en una consulta médica

Por otra parte, también existe algunas acciones que debes evitar realizar a toda costa durante tus consultas. Uno de los errores más frecuentes es mantener los brazos cruzados porque es un indicativo de frialdad y que no te importa la persona que se encuentra enfrente.

A su vez, otra mala costumbre es mantener las manos dentro de los bolsillos del pantalón porque es sinónimo de que se oculta algo. Si quieres generar confianza en los pacientes debes de evitar hacerlo.

Finalmente, propiciar un ambiente agradable dentro del consultorio no sólo ofrece un impacto en los pacientes sino también en ti. Es una manera en la que puedes hacer tus jornadas de trabajo menos tortuosas y eso impacta en tu estado de ánimo.