Durante la temporada invernal en la que los días son más fríos, la fisiología del sueño cambia. El resultado es que algunos de tus pacientes pueden desarrollar trastornos del sueño e inclusive depresión, debido principalmente a la menor cantidad de luz solar, a la disminución de la temperatura y al reloj biológico.
Debido a que no es lo mismo dormir que dormir bien, a continuación te compartimos algunos consejos que serán de utilidad para que tus pacientes puedan descansar por las noches durante esta temporada invernal.
- Exponerse a la mayor cantidad de luz solar durante el día para ayudar al cuerpo a prepararse para el descanso durante la noche. Procurar hacer ejercicio o alguna actividad al aire libre durante el día ayudará a mejorar el estado de ánimo y regular el sueño.
- Procurar un estilo de vida saludable mediante la ingesta adecuada de alimentos a las horas adecuadas. Si consumen alimentos altos en calorías o cenan pesado se puede interferir en la calidad del sueño.
- Reducir o evitar las siestas. Las bajas temperaturas pueden provocar ganas de dormir durante el día, pero al hacerlo se pueden encontrar dificultades para conciliar el sueño durante la noche.
- Evitar la ingesta excesiva de alimentos altos en calorías. El aumento de peso habitual en esta temporada afecta la manera de dormir.
- Evitar el uso de dispositivos móviles al menos media hora antes de dormir.
- Moderar el consumo de bebidas alcohólicas. El exceso de alcohol no sólo afecta la calidad y profundidad del sueño, sino que contribuye al aumento de peso.
- Controlar la temperatura de la habitación, además de usar varias piezas de ropa de cama, las cuales se van ajustando a conveniencia a fin de reducir los despertares debidos al frío. El uso de calefactores no es recomendable, ya que crea un ambiente seco y afectar la respiración, dificultando el sueño, principalmente en aquellas personas que padecen enfermedades respiratorias o apnea del sueño.