Uno de los temas que ha generado mayor interés en los últimos meses, es el comportamiento del COVID durante el embarazo y la lactancia. Aunque, gracias a una investigación promovida por la OMS sabemos que es poco probable la transmisión vertical de la madre al hijo en la gestación, parto y lactancia.

Ahora bien, se ha generado la misma expectativa respecto al uso de la vacuna por parte de mujeres embarazadas, dados los efectos secundarios observados en determinados grupos poblacionales, como las personas con reacciones alérgicas severas.

En este sentido, el Centro de Control de Enfermedades (CDC) recientemente se ha pronunciado, estipulando ciertas consideraciones de interés para mujeres embarazadas que deseen optar por la vacuna.

¿Qué efectos tiene la vacuna sobre las mujeres embarazadas?

Para empezar, las vacunas de Moderna y de Pfizer-BioNTech han sido fabricadas con la última tecnología en cuanto a recombinación genética se refiere. Por lo tanto, no poseen material genético del virus y no son capaces de transmitir la enfermedad, con lo que no representan un riesgo para la madre ni el feto en cuanto a virulencia.

Y, pese a que aún no contamos con datos respecto a toxicidad reproductiva en animales de experimentación, es bien sabido que las vacunas ARNm no interactúan con el ADN, debido a que el ARNm se encarga exclusivamente de la síntesis proteica. Por lo que, no se considera con potencial teratogénico, aún cuando no se hayan realizado suficientes investigaciones.

Los estudios en modelos animales aplicados por Moderna no han mostrado ningún efecto antes o durante el embarazo; y aún se esperan los resultados de la vacuna Pfizer y BioNTech, que se encuentran en curso. En ninguno de los casos, se ha determinado los efectos de la vacuna en mujeres lactantes.

Sin embargo, las autoridades sanitarias son claras en cuanto a la recomendación en el uso de la vacuna en este grupo poblacional. Se ha establecido, que las mujeres embarazadas sólo deben vacunarse cuando los beneficios potenciales superan cualquier riesgo.

Es decir, aquellas mujeres gestantes que trabajen en un área de salud en la cual se encuentren directamente expuestas al virus SARS-CoV-2, pueden vacunarse; lo mismo que aquellas que presenten patologías concomitantes que la pudieran predisponer a un cuadro grave, como diabetes gestacional o hipertensión arterial.

Sin embargo, dado el limitado número de vacunas existentes y la escasa información de la cual disponemos actualmente, no se aconseja la vacunación masiva para mujeres embarazadas en las primeras jornadas de vacunación.

A pesar de no tener ninguna contraindicación en el embarazo, las mujeres que hayan padecido reacciones alérgicas graves deben seguir las mismas recomendaciones que la población general y abstenerse de vacunarse. En esos casos, la única protección con la que cuentan es el lavado de manos, uso del tapabocas y aislamiento social voluntario.

Por otro lado, las mujeres que hayan recibido la vacuna pueden presentar efectos secundarios como fiebre o malestar general, en especial después de colocada la segunda dosis. Para esos casos, las autoridades recomiendan el uso de acetaminofén, cuyo uso está aprobado en mujeres grávidas sin importar el mes.

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