Hacer la limpieza de un consultorio médico difiere enormemente a la de una oficina convencional. Y es que en un consultorio puede abundar un mayor número de gérmenes y podría existir el riesgo de entrar en contacto con una enfermedad sanguínea.
Tales razones nos llevan a la conclusión de que la limpieza de tu consultorio no debe pasar por alto ante tus ojos, así que dale la importancia que se merece:
Posiblemente ya lo sepas, pero nunca está de más recordar ciertas normas de higiene, principalmente si empiezas a trabajar de manera independiente en tu propio consultorio. El personal a cargo de la limpieza puede desempeñar algunas de estas tareas:
- Una de las principales cosas que nunca debes olvidar, es retirar toda la ropa de cama de los pacientes, así como las toallas y batas de las habitaciones, y guardarlas en bolsas listas para ser entregadas a la lavandería.
- La ropa o sábanas que han entrado en contacto con fluidos corporales deben separarse del resto de las prendas y colocarlas en bolsas independientes.
- Reúne todo el instrumental médico que ha sido utilizado y colócalo en un solo sitio para ser esterilizado o desechados según sea el caso.
- Limpia todas las zonas de las habitaciones con un desinfectante adecuado para este propósito. Pon especial atención a los sitios con los que se mantiene más contacto como las perillas de las puertas, la mesa de recepción, escritorios, baños, teléfonos, sala de espera, consultorio.
- Procura desinfectar cualquier objeto que utilices para atender a los pacientes, como baumanómetros, termómetros, entre otros artículos.
- Vacía los botes de basura en bolsas y coloca los botes en lugares estratégicos.
- Barre, trapea o aspira todos los pisos y alfombras las veces que sean necesarias.
Toma nota y recuerda que un consultorio limpio habla bien de tu y tu trabajo en general.