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Cerebro reacciona para combatir síntomas de depresión

Un estudio estadounidense demostró que el cerebro cambia su estructura anatómica para combatir los síntomas de la depresión.

Un estudio dirigido por investigadores del Instituto de Investigación Saban del Hospital Infantil de Los Ángeles, Estados Unidos, demostró que el cerebro cambia su estructura anatómica para combatir los síntomas de la depresión.

La investigación fue publicada en la revista Molecular Psichiatry, en la que el doctor Bradley Peterson, codirector del estudio, explica que el cerebro engrosa su corteza como “una respuesta compensatoria y neuroplástica que ayuda a reducir la gravedad de los síntomas asociados a la depresión”.

Los investigadores se llevaron 10 semanas en el estudio, en las que utilizaron resonancias magnéticas para analizar 41 cerebros de pacientes con depresión crónica; simultáneamente se analizó el mismo estudio a 39 individuos sanos. A los participantes con depresión se les suministró “duloxetina”, un fármaco inhibidor de la recapatación de serotonina y la noradrenalina.

Al cabo de las 10 semanas, los pacientes que recibieron tratamiento, experimentaron una mejoría en los síntomas asociados a la depresión. El grosor de la corteza cerebral de los pacientes tratados con duloxetina se redujo paulatinamente, hasta alcanzar valores similares a las cortezas de los voluntarios sanos.

Los especialistas también administraron placebos a cierta cantidad de participantes, este grupo presentó un ligero engrosamiento en sus cortezas cerebrales. El doctor Peterson lo explica de esta forma:

Los pacientes que no siguen un tratamiento farmacológico tienen cortezas cerebrales gruesas, y cuanto más gruesas son, menor es el número de síntomas que presentan. En este contexto, las terapias con fármacos reducen la gravedad de los síntomas, lo que a su vez disminuye la necesidad de que tenga lugar una compensación biológica a nivel cerebral. Por tanto, la corteza cerebral se vuelve más delgada y alcanza un grosor similar al observado en las cortezas de los voluntarios sanos.

Lo que significa que “los pacientes tratados con placebo siguen necesitando una compensación biológica para hacer frente a su sintomatología creciente”, indicó Ravi Bansal, codirector del estudio.

En suma, el cerebro reacciona ante la aparición de síntomas por depresión, modifica su estructura engrosando su corteza para minimizar los signos de la enfermedad, pero una vez que recibe tratamiento, los síntomas desaparecen y el cerebro recupera sus proporciones normales.

Bansal agrega que si bien el estudio se ha llevado a cabo solo en adultos, “la metodología empleada puede aplicarse a otras poblaciones, tanto en niños como en adultos. Además, nuestras observaciones de la neuroplasticidad ofrecen nuevas dianas biológicas para el tratamiento de los pacientes con trastornos neuropsiquiatricos”.

La depresión es un trastorno mental que afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, es la primera causa global de discapacidad ya que suele afectar de manera drástica el estado de ánimo y las capacidades cognitivas y motoras de los pacientes.

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