Recientemente un estudio realizado por científicos de la Universidad de Columbia en Estados Unidos, dio a conocer que el estrés puede acelerar el desarrollo del cáncer de páncreas como consecuencia de una liberación hormonal; sin embargo, también descubrieron que podría frenarse mediante el uso de fármacos betabloqueantes.
Investigaciones previas han demostrado que el estrés emocional y psicológico juega un papel en el desarrollo del cáncer y se cree que esta relación depende del sistema nervioso simpático, el cual libera hormonas que le dan al organismo una oleada de energía para que pueda responder a los peligros detectados.
Algunos biólogos descartaron esta idea porque el estrés es difícil de medir, por esta razón nos centramos en el tema de cómo podría estar relacionado con un proceso biológico que involucra mutaciones en el ADN y el crecimiento de células tumorales dentro de un órgano concreto, como el páncreas”, explicó Timothy C. Wang, uno de los autores del estudio.
Para la investigación los científicos utilizaron ratones genéticamente predispuestos a desarrollar crecimientos anormales en el páncreas. Los roedores fueron criados en condiciones de vida estresantes, confinados a un espacio pequeño, mientras que los utilizados como grupo control se criaron en una vivienda normal. Después de 14 semanas, se descubrió que el 38 por ciento de los ratones estresados tenían lesiones pancreáticas neoplásicas, un precursor del cáncer de páncreas, que no se observaron en el otro grupo.
Sabemos que es necesaria una mutación de ADN para comenzar el camino hacia el cáncer, pero nuestros hallazgos sugieren que el estrés está haciendo algo para que las cosas avancen.
Ese “algo” también fue el tema de un experimento posterior, después de que los estudios en ratones revelaran que el estrés aumenta los niveles en sangre de catecolaminas, las cuales como sabes impulsan la producción de moléculas que estimulan el crecimiento nervioso alrededor de los tumores.
En otras palabras, el estrés establece lo que llamamos un ciclo de retroalimentación entre los nervios y las células tumorales que promueve el desarrollo del tumor.
Ante esta situación, los autores utilizaron otro modelo diferente de ratón con cáncer de páncreas y vieron que los sometidos a tratamiento con quimioterapia y betabloqueantes, vivían mucho más que los que solo fueron tratados quimioterapia.
Los investigadores también analizaron la supervivencia de 631 pacientes que se sometieron a una cirugía para operar un cáncer de páncreas avanzado entre 2002 y 2013. Y los que tomaron estos fármacos después de la cirugía tuvieron una mediana de supervivencia de 40 meses, aproximadamente dos tercios más que los pacientes que no los tomaron.
Sería prematuro recomendar el uso de betabloqueantes para estos pacientes, hasta no realizar más estudios.
Asimismo otra investigación realizada por la Universidad de Helsinki en Finlandia y el Instituto Karolinska en Suecia, reveló que la salud oral juega un papel muy importante en este tipo de cáncer, pues observaron que las bacterias que provocan periondontitis pueden estar implicadas en la aparición de tumores pancreáticos.
Estos estudios han demostrado por primera vez que los factores de virulencia de la bacteria de la enfermedad de las encias se pueden diseminar de la boca a otras partes del cuerpo, muy probablemente junto con otras bacterias y participar en los mecanismos centrales del cáncer como la destrucción del tejdo sano”, reconoció Timo Sorsa, profesor de la Universidad de Helsinski y uno de los autores del trabajo.
Según datos de la American Cancer Society aproximadamente este año en Estados Unidos 55 mil 440 personas (29 mil 200 hombres y 26 mil 240 mujeres) serán diagnosticadas con cáncer de páncreas, de los cuales 44 mil 330 (23 mil 20 hombres y 21 mil 310 mujeres) desafortunadamente morirán.
