Es muy claro que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atraviesa por severos problemas financieros. A raíz de la falta de inversión de las últimas administraciones, en la actualidad se cuenta con una infraestructura hospitalaria inadecuada. Derivado de lo anterior, muchas de las unidades presentan instalaciones viejas y obsoletas. Además la demanda es muy superior a la oferta y eso se aprecia en los pasillos llenos.
En ese sentido, el IMSS anunció un plan con el que busca obtener ahorros financieros y combatir la corrupción. La estrategia contempla un rediseño burocrático con el que se reducirán hasta 6 mil 700 plazas. Con esto se obtendrá un ahorro de dos mil 292 millones de pesos cada año.
¿Cambio para bien?
De forma más específica, el IMSS unificará sus procesos administrativos en sus oficinas centrales y así reducirá la burocracia en el resto del país.
De esta forma, se pretende desaparecer la figura del delegado estatal del IMSS. Con el nuevo diseño la mayoría de las decisiones financieras, administrativas y operativas se centralizarán en la oficina nacional del instituto.
Si bien, el ahorro económico luce esperanzador, se teme que la decisión tenga efectos secundarios en la atención a los derechohabientes. Al respecto, el ex titular del IMSS, Germán Martínez, se opuso a esta reestructuración por considerar que provocaría pasillos todavía más llenos.
A su vez, lo que ha dejado en claro el actual director del IMSS, Zoé Robledo, es que de ninguna forma se contempla el despido de médicos y enfermeras. Comentó que sólo existiría un nuevo diseño dentro de los delegados y el personal administrativo pero no existirán recortes a profesionales de la salud.
¿Y tú qué opinas de esta nueva estrategia del IMSS?
