A lo largo de los últimos años Estados Unidos ha enfrentado una dura crisis por el consumo desmedido de opioides que a la fecha no ha podido ser controlada. Para tener una idea del impacto, se estima que este problema provoca 115 fallecimientos al día, lo que representa un incremento del 400 por ciento con respecto a 1999.
Mal ejemplo para la comunidad médica
En ese sentido, en diversas ocasiones se ha señalado que parte del problema ha sido propiciado por los médicos. Como muestra se puede mencionar el caso del Dr. Robert Delagente, quien en mayo del presente año fue detenido por el despido injustificado de dos de sus empleados. Aunque cuando se le investigó a fondo se descubrió que le facilitaba medicamentos que requieren prescripción médica a pacientes que no los necesitaban. También se le acusó de falsificar documentos.
Las prácticas ilegales fueron cometidas por el galeno a lo largo de varios años, gracias a las cuales consiguió una cantidad millonaria de dinero. Por todo lo anterior, el propio médico afirmaba que era “el Chapo de los opioides”.
Después de varios meses de juicio parece que la resolución de las autoridades podría estar decidida. Lo que se reporta es que se le podría asignar una pena máxima de 20 años de cárcel y una multa de un millón de dólares por el delito de distribución de sustancias controladas. Pero además podría recibir una condena de otros 20 años y una multa de 250 mil dólares por la falsificación de documentos médicos.
A su vez, uno de los aspectos lamentables del caso es la imagen negativa que proyecta el médico en todos sus colegas. Aunque por fortuna no todos son igual y su mal actuar no representa al resto del gremio de la salud.
