Como profesional odontólogo, todo tratamiento de ortodoncia se divide en 6 fases, siendo el diagnóstico un elemento fundamental, ya que condiciona, en gran medida, el éxito o fracaso del procedimiento. Eso sí, cada boca es diferente y tiene unas necesidades específicas en lo que se refiere a oclusión -mordida- y alineación dental.

Así que para realizar un diagnóstico preciso y que el tratamiento transcurra con éxito, es imprescindible llevar a cabo un estudio de ortodoncia. ¿Quieres saber cuáles son los pasos para realizar dicho estudio y por qué es necesario realizarlo? A continuación te lo explicamos.

¿En qué consiste un estudio de ortodoncia?

Se puede decir que un estudio de ortodoncia es un análisis completo de las estructuras óseas y dentarias de una persona que se va a someter a un tratamiento ortodóncico. Lo que está claro es que sea la aparatología dental que elija el paciente (brackets metálicos, de zafiro, linguales o alineadores transparentes), es un paso esencial en el proceso.

Es por eso por lo que se puede decir que el estudio de ortodoncia es, por tanto, un paso fundamental y el primero que debe darse antes de colocar el aparato dental que corregirá la posición de las piezas. Solo, de esta forma, el ortodoncista obtendrá una visión integral de los huesos maxilares y la situación de las piezas de la persona. De esta forma, se definirá correctamente el punto de partida y será más improbable que surjan imprevistos que retrasen o dificulten el tratamiento.

¿Cómo es el estudio caso a caso?

El profesional analiza el estado de la cavidad oral del paciente. Aunque, para que sea completo, el estudio de ortodoncia debe seguir una serie de requisitos. Básicamente, se puede decir que este tipo de estudio debería incluir las siguientes pruebas dentales:

1. Evaluación del caso: es la primera toma de contacto del ortodoncista con el paciente. El profesional podrá determinar posibles problemas o complicaciones bucales.
2. Radiografía lateral de cráneo: esta permite obtener información para realizar una serie de mediciones del cráneo. Con dichos datos, el ortodoncista podrá conocer tanto las distancias como las relaciones entre los diferentes elementos faciales.
3. Radiografía panorámica: en esta parte del estudio de ortodoncia, con el objetivo de analizar en profundidad los elementos anatómicos de los dientes y posibles enfermedades.
4. Fotografías extraorales: además de realizar estas radiografías, el estudio de ortodoncia incluye fotografías de la cara y del exterior de la boca. El dentista lleva a cabo un análisis sobre la simetría facial, la situación estética de los labios o la repercusión de la posición de los huesos de la cara.
5. Fotografías intraorales: estas sirven para valorar algunos aspectos como el apiñamiento dentario u otras malposiciones dentarias.
6. Toma de impresiones: esta es una recreación fidedigna de la cavidad bucal del paciente, tanto de la arcada superior como de la inferior.

Lo que está claro es que no realizar un estudio de ortodoncia puede acarrear graves consecuencias tanto para el paciente como para el desarrollo del tratamiento. Además de ralentizar el proceso, es posible que no se obtengan los resultados deseados.