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¿Es posible evitar el suicidio?

¿Es posible evitar el suicidio?

¿Es posible evitar el suicidio?

El suicidio, es uno de los grandes flagelos que aqueja a la sociedad. La Organización Mundial de la Salud, indica que más de 800.000 personas se quitan la vida en el mundo al año y otro gran numero lo intenta, causándose autolesiones que repercuten en su calidad de vida y en su entorno. Sobre todo, porque esta difícil situación  se ha convertido en Latinoamérica en un problema de salud pública, que denota falencias sociales como la desnutrición, pobreza, falta de empleo, poca escolaridad y desatención en salud, generando un desequilibrio emocional y mental. (OMS, 2019)

Quitarse la vida no es una opción

Los jóvenes, son los más propensos a buscar soluciones a sus problemas emocionales y económicos amparándose en el suicidio, donde el consumo de plaguicidas, la utilización de armas de fuego o acudir al ahorcamiento, son las técnicas más utilizadas. Sin embargo, es una realidad que las personas de cualquier edad que experimentan perdidas, violencia, desastres, conflictos, discriminación y enfermedades catastróficas, tienen más riesgo de llegar a concluir el acto o mínimamente intentarlo.

En México, los datos expuestos en el último informe estadístico son desalentadores, debido a que, revelan que 6710 decesos fueron producidos por lesiones autoinflingidas, con una tasa de 5.4 por cada 100000 habitantes, donde el 34% son jóvenes y el 46% se encuentran en un rango de 30 a 59 años de edad. Por tanto, el gobierno dispone de una red nacional de alerta y prevención, como parte del programa que vigila y da seguimiento a cada caso, buscando evitar desenlaces fatales.  (Inegi, 2020)

Prevenir es la mejor manera de evitar el suicidio. Por tanto, es importante estar atento a signos y situaciones que advierten sobre la inclinación suicida de personas del entorno o de sí mismo. Con el fin de buscar ayuda inmediata que permita paliar los síntomas. Ya que, hablar constantemente sobre la muerte, almacenar u obtener elementos que pueden ser mortales, como armas o pastillas y presentar irritabilidad o cambios de humor en forma constante, pueden ser manifestaciones suicidas que se deben atender.

Buscar ayuda. Aunque en muchas ocasiones los pensamientos de muerte autoinflingida puede ser impulsiva sin ideación previa, cambiar hábitos y mostrar comportamientos diferentes como realizar actividades de alto riesgo, despedirse de las personas, regalar las pertenencias y manifestar  o mostrar ansiedad, pueden llegar a ser indicadores de advertencia, donde se debe acudir por ayuda y orientación a profesionales de la salud, terapeutas, líderes espirituales o psicólogos, porque los pensamientos suicidas no desaparecen por si solos.

Canalizar los sentimientos y emociones de desarraigo, desesperanza y autodestrucción.  Por medio de psicoterapia, donde inicialmente los cuestionarios y las escalas psicométricas determinaran el riesgo y cuál es el tratamiento a elegir de acuerdo a cada caso. Así mismo, las terapias alternativas como yoga, meditación, acupuntura y reiky, son una opción que el medico indicará, conjuntamente con fármacos antidepresivos, si lo ve favorable en el plan de mejoramiento.

Sí, es posible evitar el suicidio. Dado que, aunque es un fenómeno complejo y multifactorial, asociado al estilo de vida acelerado, los conflictos de poder, la competencia individual y la inequidad que presenta el mundo en la actualidad, se pueden utilizar estrategias educativas desde el núcleo familiar. Igualmente, los gobiernos modelan programas que mejoren la calidad de vida, la inclusión social y la vigilancia continua de factores de riesgo, de tal manera que se anulen las causas y consecuencias anexas a los pensamientos suicidas.

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