x

Las emociones como componente de la racionalidad humana

Las emociones como componente de la racionalidad humana

En forma tradicional, las emociones eran consideradas aspectos negativos que afectaban la razón humana pues la distorsionaban y favorecía el desarrollo de múltiples patologías mentales. Era aceptada, en forma unánime, la existencia de una escisión entre la razón y las emociones en la que la razón debería controlar las emociones.

En los últimos años la psicología ha profundizado en el estudio de la racionalidad y sus propuestas han sido tenidas en cuenta por teóricos de la racionalidad procedentes de la filosofía, las matemáticas, la economía y la informática, favoreciendo la aparición de diversas propuestas que rompen la dicotomía entre razón y moción, poniendo en consideración que las emociones cumplen un papel notable en el comportamiento humano racional e inteligente y deben ser considerados en su estudio.

Entre éstas se encuentra la de Magda Arnold, quien, en los años 60, planteó un enfoque cognitivo de las emociones partiendo del concepto de valoración o apreciación1. La autora asegura que, para que ello se produzca, antes es necesario que el cerebro evalúe el significado de dicho estimulo, y, cuando ambos procesos se dan, se puede desencadenar la acción en una dirección determinada. Es decir, se empieza a ver al ser humano como un elemento activo, intrínsecamente motivado para actuar en el ambiente, donde se entremezclan procesos neurofisiológicos y conductuales a través de la secuencia percepción, emoción, acción2. Generando una línea de pensamiento y de investigación a la que se unieron autores como Lazarus (1991)3, que empieza a considerar a las emociones como reacciones complejas que comprenden: un estado mental subjetivo, como, por ejemplo, los sentimientos de ira, ansiedad o amor, un impulso a actuar, como huir o atacar,  que pueden ser expresados tanto abiertamente como en forma encubierta, y con profundos cambios corporales como son, la elevación de la frecuencia cardiaca o la presión arterial, todo en función de una meta propuesta por el sujeto. Implicando la idea del Yo4.

Los estudios sobre las emociones se han enriquecido con el avance en el campo de la Neurofisiología. Los trabajos sobre la base neurológica y cognitiva de las emociones realizado por Antonio Damasio (1994), especialmente su hipótesis del marcador somático, suponen un hito en el estudio de la razón y su relación con las emociones. Damasio, relaciona los ámbitos neurofisiológico, cognitivo, emocional y social a través de los sectores cerebrales ventromedial, responsable de las operaciones de atención y memoria, y dorsolateral, responsable de otros ámbitos del conocimiento5

Los estados emocionales y los cambios fisiológicos que la acompañan quedan asociados en la memoria con las circunstancias sociales que la producen. Con lo cual, el cerebro, gracias a procesos asociativos, puede tomar decisiones en situaciones semejantes sobre las posibles respuestas ante un estímulo externo.

Con todo esto, se puede defender que las emociones son esenciales para que el ser humano desarrolle su capacidad de aprender ya que, puede modificar su estructura cerebral y al mismo tiempo, favorecer la construcción de las ideas, creencias y convicciones; esto es, el conocimiento sobre el cual se levanta la razón.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

    1. López FJM, De Dios González S. Magda B. Arnold y la valoración emocional [Internet]. Lamenteesmaravillosa.com. 2018 [citado 9 de septiembre de 2021]. Disponible en: https://lamenteesmaravillosa.com/magda-b-arnold-y-la-valoracion-emocional/
    2. Quirós Expósito, Pilar; Cabestrero Alonso, Raúl. Funciones Activadoras: Principios Básicos de La Motivación y Emoción. Editorial: Spain: Editorial Universitaria Ramón Areces, 2008
    1. Lazarus, RS. (1991). Emotion and adaptation. Nueva York: Oxford University Press.
    2. Vygotsky, L. S. (1979c). Internalización de las funciones psicológicas superiores. En L. Vygotsky (Ed.), El desarrollo de los procesos psíquicos superiores (pp. 92-133). Barcelona: Editorial Crítica.
    3. Damasio, H., Grabowski, T., Frank, R, Galaburda, A. M., and Damasio, A. R. (1994). The Return of Phineas Gage: Clues About the Brain from The Skull of a Famous Patient. Science, New Series, Vol. 264, pp. 1102-1105.
    4. Sedeño MAG. Las emociones como componente de la racionalidad humana. Universidad de Salamanca; 2016.

Compartir

Lo más Reciente

ÚNETE A LA COMUNIDAD DE PROFESIONALES DE LA SALUD