Ser un profesional de la salud implica un fuerte compromiso con los demás. Dentro de sus características se encuentra el tener que sacrificar la vida personal por atender a los pacientes. Es un riesgo que no muchos están dispuestos a afrontar y es una de las causas que propician el estrés laboral. Pero en realidad también impacta de otras maneras.
De acuerdo con un estudio publicado en BMJ Journals, las médicas que trabajan de noche enfrentan varios problemas. Algunos son trastornos gastrointestinales, alteraciones cardiovasculares e insomnio, pero las consecuencias pueden ser todavía mayores. Lo que mostró el trabajo es que la probabilidad de que se produzca un aborto involuntario es hasta 32 por ciento mayor entre las médicas que realizan dos o más guardias de noche a la semana que las que tienen turno de día.
¿Sacrificarse por los pacientes?
En ese sentido, la investigación señala que después de las ocho primeras semanas de embarazo, las médicas que habían trabajado dos o más turnos nocturnos a la semana veían aumentada la probabilidad de sufrir un aborto involuntario. De esta manera, mientras más turnos de noche realicen, las probabilidades se incrementan.
Acerca de esta relación, lo especialistas indican que es debido a la falta de producción de melatonina. Las mujeres que trabajan de noche suelen mostrar un menor índice de esta hormona. La consecuencia es que existe una menor protección de la placenta, lo que puede derivar en un aborto involuntario.
De esta forma, se trata de un problema bastante grave. En primer lugar, resulta imposible prohibir los turnos nocturnos en cualquier hospital. Es claro que en todo momento debe existir personal calificado para atender a los pacientes. Aunque lo que sí se puede hacer es ofrecer mejores condiciones de trabajo para hacer las jornadas menos pesadas. De lo contrario sería contraproducente para el propio personal de salud.
