Todo mundo parece recordar, o al menos identificar, los experimentos médicos que los nazis efectuaron a fin de demostrar la supremacía aria. Sin embargo, no son los únicos que se han realizado a gran escala. Muchos de ellos, argumentando el beneficio de la mayoría, han torturado y acabado con la vida de miles de personas.
Así que, aunque parezca reprobable, hay historias que en el nombre de la Medicina también causan horror, como éstas:
1. Escuadrón 731. A fin de desarrollar armas biológicas, entre 1930 y 1940, el Ejército Imperial Japonés realizó experimentos médicos y biológicos en civiles, principalmente en China, donde infectaron ciudades con bacterias de cólera y tifoidea, entre otros patógenos. Asimismo, se sabe que llegaron a sumergir en agua helada a personas para identificar el mejor tratamiento contra el congelamiento y, además, algunos pacientes fueron encerrados en cámaras de gas y diseccionados mientras seguían vivos.
Aunque se desconoce el número exacto de personas muertas, se calcula que la cantidad de víctimas fatales se acerca a las 200 mil.
2. Experimento Tuskegee. En 1932 en la ciudad del mismo nombre, en Alabama, Estado Unidos, el Servicio de Salud Pública (PHS, por su siglas en inglés) decidió observar la evolución de la sífilis no tratada en hombres negros. El estudio, que contó con la colaboración del Instituto de Tuskegee (ahora universidad), el Hospital John A. Andrew y las autoridades de Salud Pública del Condado de Macon, fue financiado por la Fundación Rosenwald.
Los investigadores formaron dos grupos para el estudio: uno con 399 pacientes diagnosticados con sífilis en diferentes estadios, y otro con 201 sanos a fin de comparar sus problemas de salud. Durante los 40 años que duró el experimento médico, los pacientes enfermos creyeron que se les estaba proporcionando asistencia médica estatal gratuita, lo que era falso e, incluso, ni siquiera sabían que padecían la enfermedad, sólo estaban enterados de que tenían “sangre mala”.
Los resultados de la investigación fueron: 19 bebés nacidos con sífilis, 40 esposas infectadas, y sólo 74 sujetos de estudio que sobrevivieron al padecimiento.
3. Estudio STD en Guatemala. Tras descubrir que la penicilina era útil para curar sífilis, en 1947 Estados Unidos envió prostitutas infectadas con el patógeno causante de esta enfermedad a Guatemala para contagiar a presos, enfermos mentales y soldados, claro, sin su consentimiento.
Quienes se libraban del trastorno eran inoculados con la bacteria para formar parte de un experimento que consistió en observar a 1,500 individuos infectados, de los cuales un tercio no recibió tratamiento a fin de comparar sus resultados con aquellos obtenidos de pacientes que sí usaron penicilinia.
Los números fueron contundentes: 80 por ciento de los enfermos falleció. No obstante, en 2010, la entonces Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ofreció disculpas por lo acontecido.