Desde 1991, cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes como una medida para crear conciencia entre la población. En ese sentido, se debe tomar en cuenta que 7 de cada 10 personas tienen o están propensas a sufrir de este padecimiento.
A su vez, en el caso de México la diabetes se ha convertido en una epidemia por su crecimiento exponencial durante las últimas décadas. A la fecha se estima que al menos 12 millones de personas la padecen. Además provoca la muerte de 100 mil mexicanos cada año.
Pero a pesar de su impacto, existe mucha información falsa y dudosa que abunda entre la población. Por tal motivo es importante que hables con tus pacientes y les aclares los siguientes puntos acerca de la diabetes.
¿Es mito o realidad que la diabetes no se cura?
Realidad. La diabetes es una enfermedad crónica que se controla y hasta hoy no se ha encontrado cura. Por ello, la prevención es clave para este padecimiento.
¿Es mito o realidad que la medicina alternativa sí puede curar la diabetes?
Mito. La medicina alternativa, vacunas, tés, hierbas e imanes no desaparecen la diabetes del organismo. Aunque también se debe reconocer que algunas plantas sí tienen efectos directos sobre el nivel de glucosa en sangre, pero, jamás al grado de curarlo.
¿Es mito o realidad que la diabetes se contagia?
Mito. Pareciera que se contagia, pero más bien se trata de un tema de genética porque muchos son los factores que hacen que se repiten en familiares y personas cercanas. Aunque se debe reiterar que es una enfermedad que no se contagia.
¿Se puede prevenir?
Realidad. La diabetes es una enfermedad que, si se aumenta la actividad física, se cuenta con una dieta adecuada y existe una reducción de peso, se puede disminuir su aparición entre un 34 y 43 por ciento.
¿Consumir mucha azúcar es sinónimo de diabetes?
Mito. Esta duda no es del todo cierta porque consumir mucha azúcar o bebidas como refrescos no aumentan el riesgo de padecer diabetes. Más bien, se relacionan directamente con el aumento de peso y en ocasiones podrían llegar a tener relación con la diabetes tipo 2; sin embargo, no está comprobado.
