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Médicos hallan relación entre el Alzheimer y las úlceras por decúbito

Una investigación encontró que muchos pacientes con demencia tenían más posibilidades de desarrollar úlceras por presión.
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Una investigación encontró que muchos pacientes con demencia tenían más posibilidades de desarrollar úlceras por presión, también conocidas como úlceras por decúbito.

El médico Efraim Jaul, director de enfermería geriátrica del Hospital Herzog, en Jerusalén. “La incidencia de esas úlceras posiblemente no era el resultado de la inmovilidad de los pacientes con demencia avanzada como se piensa comúnmente. Así que me pregunté si posiblemente hay una conexión entre ellas”, dijo el especialista.

Después de analizar las cifras del hospital, el médico descubrió que el 76 por ciento de los pacientes geriátricos con úlceras por presión padecían demencia. Además, sólo un 32 por ciento de las personas que no tenían úlceras tenían dicho padecimiento.

El médico israelí, que ha publicado tres trabajos de investigación en donde demuestra una clara relación entre la demencia y las úlceras por presión, dijo que su innovador descubrimiento es único.

Nuestra investigación se centra en la demencia avanzada, y su éxito radica en que  la mayoría de las investigaciones se han enfocado en las fases iniciales y en cómo detener su avance.

Alzheimer y la piel tienen mucho en común

A inicios de 2017, Jaul y Oded Meiron (neurocientífico cognitivo que dirige el Laboratorio de Electrofisiología y Neurocognición del Centro de Investigación Clínica para las Ciencias del Cerebro del Hospital Herzog) dieron a conocer los resultados de una investigación en el Journal of Alzheimer’s Disease en el que detallan su teoría sobre por qué la demencia y las úlceras, que aparentemente no tienen nada en común, están relacionadas.

Los expertos sospecharon que los cambios anormales en el cerebro que causan demencia no están localizados en un solo sitio, sino que ocurren al mismo tiempo en otros sistemas del cuerpo. Y eso es exactamente lo que han descubierto algunos equipos de neurodiagnóstico.

Los investigadores que también colaboran con la compañía NeuroDiagnostics, en Baltimore, Maryland, la cual está desarrollando una prueba para identificar un biomarcador para la densidad celular anormal en la piel de pacientes con demencia, sugieren que los cambios en la piel de quienes la padecen les hacen más susceptibles a las heridas.

“Esperábamos ver estos cambios incluso en personas con deterioro cognitivo leve”, explicó Meiron. Esto tiene sentido, mencionó el experto, porque los tejidos de la piel y del cerebro derivan de las mismas células madre embrionarias.

Si nos decidimos a estudiar los biomarcadores periféricos en lugar de mirar en el interior del cerebro, podríamos identificar o hacernos una idea aproximada de lo que está pasando en el cerebro a nivel celular.

Si la prueba de la piel es validada en ensayos clínicos, podría ser un poderoso instrumento para la detección temprana y ofrecer diagnósticos específicos, pues no todos los tipos de demencia requieren el mismo tratamiento.

Si deseas consultar el estudio completo, entra a Journal of Alzheimer’s Disease.

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