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Por esta razón necesitamos las dosis de refuerzo contra el COVID-19

El refuerzo ayuda a las personas a mantener una fuerte protección contra la enfermedad grave por COVID-19. Pero además, evita esto.
Enfermedades erradicadas en México gracias a las vacunas

De manera general, una dosis de refuerzo contra el COVID-19 es una dosis adicional de una vacuna que se administra después de que la protección brindada por las vacunas originales ha comenzado a disminuir con el tiempo.

El refuerzo ayuda a las personas a mantener una fuerte protección contra la enfermedad grave por coronavirus.

¿Por qué necesito un refuerzo, ya que las vacunas COVID-19 son efectivas?

La protección que ofrecen las vacunas aprobadas y autorizadas en nuestro país es muy poderosa. Pero comienza a debilitarse a los dos meses o cinco meses. Por lo tanto, recibir una inyección de refuerzo amplía la protección, incluso contra las variantes delta y Ómicron.

Dos estudios publicados por los CDC (uno realizado de abril a diciembre de 2021 y el otro de agosto de 2021 a enero de 2022). Muestran que estar completamente vacunado, además de recibir un refuerzo proporciona mayor protección contra enfermedades graves. Así como hospitalización y muerte debido a COVID-19 en comparación con solo tener un esquema completo sin refuerzos.

Un tercer estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association, muestra resultados similares. La investigación también indica que el refuerzo ofrece una mayor protección contra las variantes delta y Ómicron que estar completamente vacunado o no vacunarse en absoluto.

El CDC recomienda que las personas vacunadas reciban una dosis de refuerzo cuando sean elegibles y que se mantengan al día con las vacunas contra el COVID-19.

¿Ha disminuido ya nuestra protección desde la segunda dosis?

Transcurrido poco más de un año desde que se inició la vacunación frente al COVID-19. Diversos estudios han puesto de manifiesto que la efectividad de la vacunación para proteger frente a la hospitalización y frente a la muerte han disminuido.

Estudios realizados tanto en España como en otros países han revelado que la protección frente a la hospitalización disminuye transcurridos unos meses. Se ha observado descenso en la protección a partir de los 3 meses o de los 5 meses de la primovacunación.

Además, ya podemos ver cómo actúan las vacunas contra la variante ómicron, que es la que mayoritariamente circula hoy. Esta muestra 32 mutaciones en la proteína S, un número que supera las 20 mutaciones de los modelos de laboratorio que tenían capacidad para evadir la inmunidad.

Así, en el suero de pacientes que han padecido la enfermedad o en el de personas que han recibido dos dosis de una misma vacuna. La respuesta frente a la variante ómicron es inferior que frente a la variante delta.

¿Serán necesarias nuevas vacunas?

El Grupo Asesor Técnico de la OMS sobre composición de las vacunas COVID-19 analiza en qué medida la efectividad de la vacunación se ve influida por las nuevas variantes. El objetivo es actualizar la composición de las vacunas considerando transmisión, gravedad y capacidad para escapar a la inmunidad vacunal.

El Grupo considera que deberían desarrollarse vacunas que no solo eviten la enfermedad grave, sino también la infección. Mientras no se disponga de dichas vacunas, podría ser necesario actualizar la composición de las actuales para asegurar que continúan siendo efectivas frente a variantes preocupantes tales como la ómicron u otras futuras.

Se contempla tanto la opción de incluir un componente para proteger frente a una determinada variante de interés (vacunas monovalentes). Así como la de incluir componentes para proteger frente a más de una variante (vacunas multivalentes).

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