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¿Por qué nuestros pacientes rehúsan un tratamiento?

El hecho de que un paciente no acepte el tratamiento debe desarrollar en nosotros el arte de la paciencia y el entendimiento.

El hecho de que un paciente no acepte seguir un tratamiento debe desarrollar en nosotros el arte de la paciencia y el entendimiento, cosas que muchas veces pasan a segundo plano cuando tu consultorio está a reventar y los pacientes llevan esperando un buen rato.

Cuando esto sucede, lo más importante es que reemplacemos nuestra frustración e instinto paternalista por un verdadero entendimiento de la situación que está llevando a nuestro paciente a rechazar los tratamientos establecidos.

Antes de que te des por vencido debes tratar de:

  • Establecer que en realidad tu paciente es competente para tomar decisiones.
  • Hacer suficientes preguntas para saber si en realidad el paciente entiende tanto su condición como el tratamiento propuesto.
  • Estar seguro de que el paciente entiende completamente las ramificaciones  de sus decisiones.
  • Averiguar si hay influencias externas que influyen en su decisión.
  • Después de todo lo anterior, indagar si tu paciente cree en el tratamiento.

Entre las cosas que como médicos podemos hacer para facilitar la toma de decisiones de nuestros pacientes están las siguientes:

  • Siempre agenda el tiempo suficiente y anticipa que en algunos casos tendrás que explicar el tema varias veces. Encuentro que funciona el programar al paciente y a algún miembro de su familia al final del día, cuando el estrés de la oficina, el ruido y las distracciones son mucho menores y el mismo paciente no se siente tan presionado.
  • Sé muy claro y honesto y explica cuál es tu experiencia con el tratamiento, cuantas veces los has prescrito, qué éxito has tenido, qué riesgos implica aceptar o rechazar lo que propones y cuanto tiempo tardará.
  • Habla en un lenguaje simple, deja fuera tecnicismos.
  • Ofrécele opciones a tu paciente. Una segunda opinión nunca te minimiza.
  • A veces no tratar es lo mejor para tu paciente; ofrecerle todas las posibilidades.
  • Asegurarte que sea completamente voluntaria cualquier decisión que tome tu paciente.

Si después de todo esto sientes que tu paciente rechaza el tratamiento por razones no bien fundamentadas, tienes todo el derecho de solicitarle al paciente que te firme una carta de rechazo a tratamiento médico y una carta de consentimiento informado. Lo anterior para evitar cualquier problema medico-legal en el futuro.

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