La sordera es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo y se refiere a la pérdida total o parcial de la capacidad auditiva. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 430 millones de personas sufren de pérdida auditiva discapacitante, lo que representa aproximadamente el 5% de la población mundial.
Se espera que esta cifra aumente a cerca de 700 millones para el año 2050, debido al envejecimiento de la población y a la exposición a factores de riesgo como el ruido excesivo y la falta de atención médica preventiva.
Factores que contribuyen a la sordera
Existen múltiples causas de sordera, que pueden ser de naturaleza genética, congénita o adquirida. Entre los factores principales se encuentran:
- Exposición prolongada a ruidos fuertes: El uso de auriculares a volúmenes altos, la exposición al ruido en el lugar de trabajo o en entornos recreativos (como conciertos o discotecas) son factores clave que contribuyen a la pérdida auditiva.
- Enfermedades e infecciones: Algunas infecciones como la meningitis, la otitis media recurrente y enfermedades como la rubéola durante el embarazo pueden afectar la capacidad auditiva.
- Envejecimiento: La presbiacusia o pérdida auditiva relacionada con la edad es uno de los factores más comunes. A partir de los 65 años, alrededor de un tercio de las personas experimenta algún grado de pérdida auditiva.
- Factores genéticos: Aproximadamente la mitad de los casos de sordera en niños pueden atribuirse a factores genéticos, tanto hereditarios como por mutaciones espontáneas.
Impacto en la calidad de vida
La pérdida auditiva no solo afecta la capacidad de comunicación, sino que también tiene un impacto profundo en la calidad de vida. Las personas sordas o con problemas auditivos suelen enfrentar barreras para acceder a la educación, al empleo y a servicios de salud. Además, la exclusión social y la discriminación son problemas frecuentes, lo que puede llevar a consecuencias emocionales y psicológicas, como la depresión o la ansiedad.
Medidas preventivas y soluciones frente a la sordera
La OMS destaca la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado para prevenir o mitigar la sordera. El acceso a tecnologías auditivas, como los audífonos y los implantes cocleares, es fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Asimismo, programas de concienciación sobre la protección del oído, así como la mejora en los servicios de salud auditiva, son clave para reducir la prevalencia de la sordera en el futuro.