Prevención en la salud infantil

         

 

 

 

 

 

Para lograr mantener la salud infantil, es fundamental vigilar su salud desde las primeras horas de nacido, tener presentes las recomendaciones del especialista para enfrentar con normalidad los procesos de enfermedad de los niños. Aunque hay enfermedades que los niños “tienen” que pasar, es importante conocer los tipos de enfermedades que pueden afectarlos y conocer de primera mano, la información suficiente para prevenirlas. (Marino, 2019)

La higiene es la principal medida de prevención de una enfermedad infantil, y la recomendación más recurrente es la de la higiene de las manos. Utilizando la técnica correcta se remueven los gérmenes, con este simple ejercicio se pueden prevenir muchas enfermedades.

También es muy importante que los niños sean vacunados, es la mejor forma de prevenir las enfermedades de origen infeccioso.  Las vacunas son uno de los principales logros en relación con la salud pública. Con ellas se ha logrado reducir e incluso eliminar muchas enfermedades como el sarampión, la tosferina, la poliomielitis.

Otra de las acciones importantes en la prevención de la salud infantil, está relacionada con una adecuada alimentación, dar a los padres consejos de nutrición, enseñarles a cómo hacer y mantener bocadillos y bebidas sanas en el hogar, a suministrarle a sus pequeños, porciones ideales de cada uno de los grupos alimenticios, darles a conocer los alimentos dañinos para la salud y la forma correcta de evitarlos y sustituirlos, evitando utilizar la comida como recompensa y otras medidas de nutrición sana.

También es muy importante instruir a los padres sobre la importancia de la salud bucodental. En este sentido, el cuidado de la higiene dental, el uso adecuado de fluoruros y las visitas periódicas al dentista, incluso antes de que aparezcan los dientes es necesaria en la prevención de enfermedades y deformidades. Las encías y los dientes de los niños, bien cuidados ayudan a los niños a mantener una buena salud general, no sólo dental. Cuando en los niños se presentan caries, infecciones u otro tipo de enfermedades orales, se pueden generar dolores, deficiencias nutricionales, afecciones en el desarrollo del lenguaje y problemas de autoestima.

Las visitas periódicas al pediatra, para hacer una valoración general de la salud del menor, pueden prevenir enfermedades, al vigilar y controlar su peso, su talla y el desarrollo normal de su crecimiento, además de recibir asesoría sobre los cuidados, alimentación, higiene, vacunación, prevención de accidentes, entre otros detalles pueden ser de gran ayuda para los padres en la prevención y el cuidado de sus hijos.

Cuando el pediatra y el odontopediatra aconsejan a los padres para que tengan en cuenta todas estas medidas de prevención, se contribuye al correcto desarrollo de los niños, al mejoramiento de la salud pública y, al mismo tiempo, que se contribuye para incentivar la cultura de la prevención.  

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