Dentro de la Medicina, al igual que en otras profesiones, la responsabilidad es un valor que jamás se debe perder. No es suficiente con tener los conocimientos adecuados sino que también se requiere de siempre mantener un perfecto comportamiento. Los pacientes siempre serán lo más importante y nunca se les debe mentir ni traicionar.
Pero la realidad es que en cualquier país existen algunas personas que manchan a todo el gremio de la salud. Justamente eso es lo que ocurrió en Canadá con el Dr. Norman Barwin, quien dirigía su propia clínica de fertilidad. El año pasado inició un juicio en su contra porque se le acusaba de haber utilizado su propio esperma para inseminar, al menos, a 11 mujeres que acudieron a un tratamiento de fertilidad con él.
Traición a la confianza de los pacientes
Se trata de un caso bastante delicado que capturó la atención mundial. Después de meses de espera, el Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario tomó una decisión final. El veredicto fue retirar la licencia médica al especialista en fertilidad. Además también se ordenó el pago de una multa de 10 mil dólares canadienses (alrededor de 150 mil pesos).
Pero los problemas para el médico de 80 años todavía no han terminado. Todavía está pendiente otra demanda en la que se le acusa el haber utilizado esperma erróneo en hasta 100 pacientes que atendió. De ellos, como ya se mencionó, en 11 habría utilizado el suyo.
En ese sentido, vale la pena recordar que parte de esta investigación surgió debido a que al hijo de una pareja que atendió en su clínica se le diagnosticó con celíaca, un problema genético. La situación es que ninguno de los padres ni familiares directos la padece, lo que provocó que se investigara a fondo lo ocurrido.
