Secretar los desechos a través de la orina y las heces, es una de las funciones normales del cuerpo humano. Sin embargo, el color, el olor y la forma, pueden indicarnos como se encuentra nuestro estado de salud.

Lo que expulsamos de nuestro cuerpo ya no nos sirve. Sin embargo, lo que botamos es la suma de la alimentación, el proceso metabólico y diversos factores externos, como el cambio en el medio ambiente, la contaminación y la manipulación de los alimentos.

Por eso, los profesionales de la salud diagnostican una enfermedad ordenando exámenes de sangre, orina y materia fecal, que en el laboratorio darán una amplia información sobre el estado de salud. En, pero, es tarea de cada individuo, observar los desechos para prevenir alguna anomalía y consultar a tiempo.

La micción puede variar por la hidratación

A través de la orina, podemos filtrar las sustancias toxicas de nuestro organismo, como la urea, de igual manera que el alcohol y cualquier otro elemento incluido en la alimentación. Además, sirve para controlar los electrolitos y mantener el equilibrio ácido-base de nuestro cuerpo. El color de la orina puede variar dependiente de cuanto líquido, especialmente agua, se haya consumido. Indicando el nivel de hidratación de nuestro cuerpo. (mayoclinic, s.f.)

El color normal de la orina debe ser trasparente o amarillo claro, indicando salud e hidratación.  Sin embargo, Cuando se presenta de color marrón, verde o rosa, puede señalar una enfermedad hepática, renal o bacteriana, que es necesario consultar, para ser tratada a tiempo. De igual manera, cuando el olor es fétido muestra bacterias, pero, cuando es dulce delata enfermedades como la diabetes. Así mismo, el olor a moho manifiesta trastornos hepáticos o metabólicos.

Las heces evidencian la salud digestiva

La materia fecal, es el drenaje de la vesícula, el hígado y el páncreas. Por tanto, al evacuar las heces se está haciendo una limpieza, no solo del intestino, sino de todo el cuerpo. Porque, cuando no excretamos diariamente se acumulan gases y disminuye la capacidad de absorber nutrientes. De igual manera, se aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades digestivas, altamente incapacitantes como la diverticulitis.

El color normal de las heces debe ser marrón o chocolate, con consistencia suave y forma de s. Pero si, se presenta de color verde puede referir que no se está digiriendo la bilis a causa del estrés.  El color amarillo, blanco o gris revela dificultad para absorber grasas, problemas hepáticos o de páncreas o una infección intestinal, que se debe consultar. El color negro en la materia fecal puede llegar a indicar sangrado por ulceras o varices esofágicas. (NIH, s.f.)

Como vemos, es importante observar los desechos que expulsa nuestro cuerpo en la orina y las heces, para hacerle un seguimiento a nuestro estado de salud. No obstante, cabe anotar que existen colorantes en los alimentos, medicamentos y sustancias que pueden alterar la composición sin ser señal de enfermedad. Esto quiere decir que la orina puede ser roja al consumir remolacha o la materia fecal blancuzca al tomar leche de magnesia. Pero, en todo caso siempre debemos estar alertas y prevenir, ya que, nuestro cuerpo nos da señales, para estar saludables.