Por mucho tiempo las personas han elegido a su médico con base en sus años de experiencia o en la recomendación de algún familiar o amigo cercano. Si bien la profesión médica requiere de la buena preparación de quienes la ejercen, en la actualidad los pacientes ya no se fijan únicamente en el prestigio de un buen médico, sino que buscan algo más.

El cuidado de la salud es de suma importancia y por dicha razón elegir un médico se ha convertido en una de las decisiones más pensadas, pues todo paciente necesita y desea ser atendido por un buen médico, capaz de preservar sus intereses por encima de los propios.

Al respecto, el Dr. Bardo A. Lira, especialista de urgencias médico quirúrgicas y medicina de aviación, considera que para definir el buen actuar del médico es necesario incluir el conocimiento del médico sobre su disciplina o especialidad, pues indudablemente dicho dominio le permitirá realizar diagnósticos más certeros y brindar tratamientos apropiados.

El buen actuar médico se centra en un adecuado acto médico y éste se basa en una relación médico-paciente de calidad. Se han realizado intentos por normar la conducta de los médicos en un principio de ética médica como parte de la bioética que se aplica a la medicina humana y a las disciplinas encargadas del cuidado de la salud.

Médicos deben basarse en cuatro principios de bioética

En este sentido, el Dr. Bardo hace énfasis en 4 principios fundamentales que los profesionales de la salud siempre deben tener presentes:

No Maleficencia

Se basa en el principio hipocrático “Primun Non Nocere” o “Primero No Hacer Daño”. Los tratamientos otorgados al paciente deben ser cuidadosamente seleccionados a fin de que los posibles riesgos no superen a los beneficios esperados de la terapéutica, sea ésta médica o quirúrgica.

Beneficencia

En el ámbito médico se refiere al esfuerzo que hace el personal de salud para que el tratamiento otorgado sea, en efecto, benéfico, tanto para el paciente, como para su entorno familiar y social. Pese a lo anterior, involucra ciertas dificultades, pues en ocasiones el máximo beneficio a un paciente significa el sacrificio o daño a parte del individuo o a la sociedad. Por lo general, los principios éticos han dado prioridad a la vida, luego al órgano o a la estructura, y posteriormente a la función, terminando por la estética.

Sin embargo, recientemente se ha entrado en conflictos éticos en los que dicha prioridad cambia, lo cual se contrapone con los otros principios fundamentales de la ética médica. Por ejemplo:

• Imaginemos a una mujer con un embarazo de 25 semanas que acude al médico por la presencia de un sangrado transvaginal, amenaza de parto pretérmino y preeclamsia severa. En la institución en la que se encuentra, el límite de supervivencia para un producto de embarazo es de 30 semanas.
  • Entonces, ¿sería bueno interrumpir el embarazo a sabiendas de que esto causaría la muerte del bebé?, ¿o se intentaría mantener el embarazo hasta los límites de supervivencia en su entorno?
  • En otras palabras, ¿a quién salvamos, a la madre o al producto?
  • Estos conflictos éticos son relativamente comunes en nuestro medio, y aunque las rutas estén ya experimentadas, debe individualizarse en cada caso.

Principio de Autonomía

Se basa en que todo ser humano debe ser libre de cualquier control exterior, y por lo tanto, se deben respetar sus decisiones en cuanto a su propia vida. Lo anterior se encuentra fundamentado en uno de los derechos humanos, que es la autodeterminación. Dicho principio toma en cuenta al ser humano como tal y no como un objeto.

Sin embargo, esto no significa que se haga lo que el paciente quiera de primera instancia, sino que obliga a que el paciente, cuando está consciente y sea capaz de discernir su circunstancia, se encuentra informado de las alternativas y planes de tratamiento, así como de sus consecuencias o complicaciones, y de esta manera tome la decisión que mejor le convenga.

Una vez que el paciente decida recibir el tratamiento propuesto por el personal de salud, plasmará dicha decisión en un documento llamado Consentimiento Informado.

Principio de Justicia

Se refiere a la obligación del médico y, en algunos casos específicos, del estado, a dar igual oportunidad de tratamiento a todos los pacientes, así como a una distribución equitativa de recursos para la prestación de servicios de salud, educación e investigación en el ámbito médico. Lo anterior no quiere decir que se dé el mismo recurso a todos los pacientes, sino que se refiera a otorgarle a cada quien lo que necesite.

La importancia de la colaboración médico-paciente

Respecto a la importancia de trabajar en colaboración con los pacientes, el Dr. Bardo A. Lira asegura que un tratamiento médico o quirúrgico de calidad no puede existir sin una estrecha colaboración entre el médico y el paciente. Por y para ello, el médico debe tener las cualidades de comunicación que permitan que el paciente entienda el mecanismo y las causas de su enfermedad, de tal manera que pueda asimilar el tratamiento, así como los sacrificios que pudiera conllevar su curación.

Un paciente con enfermedades crónicas que no respete una dieta o las modificaciones recomendadas por el médico a su estilo de vida, o aquel que tiene una herida que debe cerrarse y que no sepa hacerse las curaciones de manera correcta, muy seguramente fracasarán en el control de su enfermedad o en la cura de su lesión”.

Los buenos profesionales de la salud deben desarrollar estas cuatro actitudes

De acuerdo con el especialista, un buen profesional de la salud debe de aprender a desarrollar las siguientes 4 actitudes para fortalecer sus relaciones, tanto con sus pacientes como con sus propios colegas:

Humildad

El médico debe comunicar al paciente las características de su padecimiento, sus complicaciones, el pronóstico esperado y las opciones de tratamiento en un lenguaje comprensible, llano y directo, entendible para el paciente. Lo anterior es de especial importancia en las poblaciones más vulnerables y en casos muy específicos: poblaciones en crisis; por ejemplo: un niño que ha pasado por violencia, una mujer en puerpeio que ha perdido a su hijo, etc. Esta actitud permitirá que el paciente entienda lo que el médico ha querido comunicarle.

Liderazgo

Un médico que pueda influir en el pensamiento y actitud de su paciente frente a la enfermedad tiene liderazgo. No basta con tener vastos conocimientos médicos si éstos no pueden ser transmitidos de manera eficaz al paciente, aún cuando el tratamiento sea técnicamente el más adecuado. Si el médico tiene liderazgo, el paciente no sólo acepta y asimila lo concerniente a su estado de salud, sino que reacciona de manera convincente y participa mejores en su proceso terapéutico.

Empatía

Se refiere a que el paciente se sienta escuchado en sus necesidades y en su condición general, mucho más allá de solamente su padecimiento. Por otra parte, ante un médico empático, el paciente podrá comunicar mejor sus síntomas, permitiendo que el médico indague más profundamente sobre temas sensibles como son la sexualidad, relaciones familiares, economía y no simplemente los síntomas cardinales.

Asertividad

Característica primordialmente de comunicación, elemento indispensable de la relación médico-paciente. Está consiste en ser capaz de conocer las ideas, sentimientos y derechos propios, y expresarlos al interlocutor sin generar un conflicto con sus ideas o pensamientos. Aun cuando esta característica se presenta principalmente entre personas que han de entablar una negociación, en la relación médico-paciente es de vital importancia cuando el padecimiento que presenta el paciente pone en conflicto sus propias ideas o sentimientos arraigados.

Finalmente, el Dr. Bardo Lira mencionó que la relación médico-paciente es compleja, y en ella influyen numerosos factores externos y causas de conflicto tanto culturales, sociales, familiares, económicos, y otros.

Debido a que el médico que trata a un paciente dirige la interacción entre el paciente y su médico tratante, debe conocer el proceso en todas sus fases, lo que le ayudará a identificar y manejar los problemas existentes en ella.