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El “sindrome de renuncia” la extraña condición médica que está matando niños en Suecia

Más de 60 niños y adolescentes fueron diagnosticados de uppgivenhetssyndrom, una rara dolencia que provoca que pierdan las ganas de seguir viviendo

Uno de los actos más deleznables que han sido inherentes a la condición humana es, sin lugar a dudas, el ejercicio de la violencia. Dicha operación, como dijo alguna vez dijo el teórico político Carl Schmitt, tiene en la Guerra el punto más álgido en la relación amigo-enemigo. Pero, ¿quiénes son nuestros enemigos? ¿Por qué la gente se está matando al otro lado del mundo? ¿Los niños también forman parte de esa relación de violencia?

En ese contexto y de acuerdo con la información depositada en un artículo publicado por la cadena de noticias PlayGround, los niños en esa región del mundo están experimentando un raro síndrome que, literalmente, les está arrebatando de las manos las ganas de seguir luchando; de seguir viviendo.

Se trata de la condición identificada como uppgivenhetssyndrom  o”síndrome de renuncia”, una rareza médica que provoca que jóvenes aparentemente sanos se deterioren progresivamente hasta un estado casi comatoso.

De acuerdo con la periodista Rachel Aviv, cientos de niños refugiados en Suecia se han cansado de vivir a causa del trauma que les supone enterarse de que ellos y sus familias serán deportados del país en un futuro próximo. No hay un visión clara del futuro para estas personas. La inestabilidad, en consecuencia, es extrema.

En este sentido, tan solo en el año 2016, 60 niños fueron diagnosticados con esa extraña condición médica, que hace que los pacientes afectados:

  • Se vuelvan pasivos;
  • Inmóviles;
  • Pierdan el habla;
  • La capacidad para comer y beber;
  • Sufran incontinencia; y,
  • Pierdan la reaccion a estímulos físicos o al dolor.

¿Eso es vivir?

Sólo queda preguntarnos hasta qué punto hemos llegado como humanidad que cada vez más y con mayor frecuencia las personas se dejan entregar al ejercicio de la violencia sin pensar en agentes externos como los niños, en este caso.

El reportaje completo de Rachel, publicado por la revista New Yorker, puede ser consultado en el siguiente enlace.

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Imagen: El clarín

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