Por tu consultorio han pasado (y pasarán) infinidad de pacientes, cada uno con distintas personalidades. Los hay agradables, malhumorados y hasta incumplidos.
Presta atención a la siguiente lista y dinos qué tipos de pacientes son tus predilectos:
- Los pacientes simpáticos o agradables. Suelen ser fáciles de tratar y por lo general son los que abundan más en los consultorios. Sin embargo, es posible que esta clase de pacientes tiendan a platicar demasiado y desviar la consulta hacia otros temas, lo que puede provocar un retraso en la atención de los demás pacientes.
- Los pacientes valientes. Esta clase de pacientes tienen el carácter suficiente para afrontar con madurez y fortaleza casi cualquier diagnóstico negativo, por muy grave que éste sea.
- Los incumplidos. Nos referimos a los pacientes que no se apegan al tratamiento que el médico prescribe, así como a las personas que no acuden a su cita médica en la fecha y hora pactada, y cuando se presentan de nueva cuenta en tu consultorio, lo hacen para quejarse de los mismos síntomas.
- Los enojones. Cada persona reacciona de forma diferente ante un diagnóstico grave, pero esta clase de pacientes pueden responder con mucho enojo, sentimiento que suele estar asociado a un mecanismo de defensa para tratar de bloquear el miedo, la ansiedad o la depresión.
- Los pacientes manipuladores. Con esta clase de pacientes debes tener mucho cuidado ya que están acostumbrados a obtener lo que quieren dependiendo si es conveniente a sus intereses o no. Esto puede estropear la efectividad del tratamiento si permites que ellos elijan qué es lo mejor para ellos.
- Los inconformes. Generalmente nunca están de acuerdo con nada de lo que les dices, lo cual puede resultar hasta cansado para ti. Nada es suficiente para ellos por lo que debes poner mucha atención en ellos.
¿Qué clase de pacientes prefieres tú?