UNAM demuestra por qué las mujeres son más resistentes a la Covid-19 que los hombres

Aunque cualquiera se puede contagiar de Covid-19 el género puede marcar importantes diferencias porque las mujeres son más resilientes.

La actual pandemia ha demostrado que nadie se encuentra a salvo de la Covid-19. Aunque existen grupos de personas en donde la probabilidad a desarrollar cuadros graves es menor, al final cualquiera se puede infectar. Por eso ha sido indispensable que de manera general todos sigan las indicaciones de higiene y seguridad. Aunque ahora un trabajo realizado por especialistas mexicanos plantea que el sexo de las personas también puede marcar diferencias al respecto.

En comparación con las mujeres, los hombres presentan más problemas cardiovasculares y por lo tanto tienen mayor afectación por los virus como el SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, debido a que ambos organismos funcionan de manera distinta. Así lo señala un estudio encabezado por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Diferencia entre géneros

Ana Leonor Rivera López, del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), y Antonio Barajas Martínez, del doctorado en Ciencias Biomédicas, titulares del trabajo publicado en la revista Frontiers in Physiology, precisaron que el objetivo de la investigación fue revisar las diferencias fisiológicas entre ambos sexos, mediante un enfoque multidisciplinario con la participación de médicos, físicos, matemáticos, químicos y biólogos.

Uno esperaría que además de las diferencias fisiológicas y ginecológicas fuera claro que tenemos diferente ritmo cardíaco, o que la respuesta fisiológica en general es diferente, pero no está tan estudiado. Ha llamado la atención que la Covid-19 genera más afectaciones en los hombres pues el 60 por ciento ha requerido de hospitalización. Mientras que el 65 por ciento de los fallecidos han sido varones, por lo que hay una diferencia importante.

Para explorar a fondo las diferencias entre ambos, la investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) y su equipo propusieron un estudio en red en el cual utilizaron 30 variables a medir: sexo, edad, nivel educativo, presión sistólica, diastólica y de pulso; temperatura axilar, del oído, y en la muñeca; peso, altura, índice de masa corporal, circunferencia de la cintura, cadera y del brazo, pliegues cutáneos en tríceps, bíceps, suprailíaco, subescapular, relación cintura-cadera, relación cintura-altura, grasa corporal, hidratación, porcentaje de grasa, triglicéridos, colesterol, glucosa.

Además, insulina basal, urea, nitrógeno en sangre, ácido úrico, creatinina, hemoglobina glucosilada, calcio, fósforo, bilirrubina total, directa e indirecta, resistencia a la insulina, fibrilación glomerular, promedio estimado de glucosa, relación urea-creatinina, leucocitos, neutrófilos, linfocitos, monocitos, porcentaje de eosinófilos, basófilos, eritrocitos, hematrocitos, distribución de células rojas, plaquetas, volumen de plaquetas y concentración de hemoglobina.

Para el trabajo participaron 800 estudiantes y trabajadores sanos de la Facultad de Medicina de 18 a 27 años, pues las principales diferencias orgánicas se manifiestan en la edad reproductiva.

Uno de los aspectos destacados del análisis es que las redes permitieron visualizar si la fisiología se comporta igual o diferente y se pudo evidenciar lo que llamaron sistemas robustos o adaptables.

Ellas son más resilientes

Barajas Martínez explicó que entre los principales hallazgos del estudio está que el balance entre robustez y adaptabilidad es diferente en hombres y mujeres, lo cual significa que “ante el ataque de una enfermedad le va más mal a ellos, que a ellas”.

“Esto calza muy bien con el hecho de que las mujeres tienen una mejor esperanza de vida que los hombres, algo que se atribuía a problemas cardiovasculares, pero vemos que no es solo por esto, sino que es una propiedad que se extiende a la fisiología completa del organismo”.

Otro ejemplo sobre las diferencias encontradas es el ritmo cardíaco y la presión arterial, que están “separadas” en hombres y no tienen una relación tan fuerte; sin embargo, en las mujeres numerosos procesos biológicos se relacionan directamente con la presión y el ritmo cardiaco.

Es decir, si un hombre tiene un problema cardíaco tal vez sea el único, pero en el caso de las mujeres lo más probable es que se relacione con uno hepático; o sea que hay más comorbilidades a revisar en ellas con respecto a lo que se puede encontrar en los varones.

En ese sentido, los expertos coincidieron en señalar que fisiológicamente tienen cuerpos diferentes en el aspecto hormonal, porque cada uno está preparado para responder a diferentes sistemas y estímulos.

Seguimiento a largo plazo

Como parte del estudio, en el cual los especialistas trabajan desde hace cinco años, se espera evaluar nuevamente a los participantes en cinco años más para dar seguimiento –a largo plazo– a su estado de salud.

Con el Hospital General de México se lleva a cabo –durante 2021 o mientras dure la pandemia– seguimiento a pacientes con Covid-19, al igual que al personal médico que atiende en la primera línea.

Además, con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán se revisa a pacientes con síndrome metabólico y diabetes mellitus, a quienes se les dará seguimiento durante una década.