Un nuevo informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) identificó que las vacunas que contienen timerosal no tienen vínculo con el autismo. Todo se desató a raíz de rumores recientes que pusieron en duda la seguridad de los biológicos.
No es la primera ocasión que aparecen este tipo de noticias en donde se asocia la inmunización con diversos padecimientos. Aunque en esta ocasión el origen fue la designación de Robert Kennedy Jr. como secretario de Salud de la Unión Americana.
Su nombramiento ha generado múltiples dudas porque en el pasado fue catalogado como antivacunas. Además una de sus recientes decisiones fue despedir a 17 integrantes del comité independiente de expertos en vacunas y los reemplazó por 8 personas que anteriormente abogaron en contra de las vacunas.
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Las vacunas que contienen timerosal no provocan autismo
Ante este panorama, el CDC publicó un informe en donde afirma que las vacunas que contienen timerosal no tienen un vínculo con el autismo. El objetivo es brindar seguridad a los padres de familia, en especial porque en estos momentos Estados Unidos atraviesa un severo brote de sarampión que incluso se ha extendido a otros países como México.
El informe revisó algunos estudios sobre vacunas que contienen timerosal y sus efectos en el desarrollo neurológico. Al final no se pudo comprobar una relación y por lo tanto son biológicos completamente seguros.
¿Qué es el timerosal?
El timerosal, también conocido como merthiolate, es un compuesto orgánico de mercurio que se ha utilizado durante décadas como conservante en algunas vacunas. Su función principal es prevenir la contaminación bacteriana y fúngica en frascos multidosis.
¿Qué vacunas contienen timerosal?
En la actualidad la mayoría de las vacunas pediátricas no contienen timerosal o sólo tienen en cantidades mínimas como residuo del proceso de fabricación. Aunque todavía hay algunos tipos que sí tienen el compuesto pero sólo en casos específicos.
- Vacuna contra la influenza (formulación multidosis).
- Algunas vacunas contra el tétanos-difteria (Td) para adultos, en presentación multidosis.
- Algunas formulaciones de vacunas combinadas utilizadas en campañas masivas en países en desarrollo.
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¿Cómo surgió la presunta relación entre las vacunas y el autismo?
El presunto vínculo entre las vacunas y el desarrollo del autismo surgió principalmente a raíz de un artículo fraudulento publicado en 1998 por el médico británico Andrew Wakefield y 12 coautores en la revista médica The Lancet.
En este artículo, Wakefield y su equipo afirmaron haber encontrado una relación entre la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) y el autismo, basándose en el estudio de solo 12 niños con trastornos del desarrollo y problemas intestinales.
Sin embargo, este estudio fue ampliamente desacreditado y posteriormente retractado por The Lancet en 2010. Se demostró que Wakefield había manipulado datos, tenía conflictos de interés no declarados (había recibido pagos de abogados que representaban a padres en demandas contra fabricantes de vacunas y tenía una patente para una vacuna rival) y había llevado a cabo prácticas poco éticas.
A pesar de que el estudio de Wakefield fue desmentido y su licencia médica fue revocada en el Reino Unido, la idea falsa de un vínculo entre las vacunas y el autismo se propagó y dio origen al movimiento antivacunas, con graves consecuencias para la salud pública, como el resurgimiento de enfermedades prevenibles.