Ser médico carismático no es sólo cuestión de caerle bien a las personas o no, representa varias ventajas que quizás no habías contemplado:
- Ayuda a cultivar oportunidades de crecimiento profesional.
- Genera mejor ambiente de trabajo.
- Permite que te perciban como líder.
- Abona a la productividad dentro de la empresa de servicios sanitarios cuando eres médico emprendedor.
Según el diccionario de la Real Academia Española, el carisma es un “don”, “cualidad de algunas personas para atraer o fascinar” a la gente, pero si lo ves detenidamente, también refleja capacidad para adaptarse a las personas fácilmente, a fin de liderar equipos de trabajo, por ello, te conviene aplicar estos consejos, ya que, si no eres carismático por naturaleza, podrás hacer que la gente sienta mayor afinidad contigo:
1. Deja de preocuparte, mejor ocúpate
Una persona continuamente agobiada por el porvenir, preocupada por sus tareas diarias o angustiada por un nuevo reto resta atractivo a su personalidad, así que resulta mucho más rentable prepararse para enfrentar adversidades, por ejemplo, si vas a brindar una conferencia médica, es mucho más probable que ganes la simpartía de tu audiencia si te muestras dominio del tema.
2. Aumenta la dosis de entusiamo
Un médico carismático siempre ofrecerá un lenguaje corporal que transmita fuerza, seguridad en sí mismo y comodidad en el entorno en que se presente. Cuidar este aspecto es fundamental, ya que a veces decimos más cuando callamos, ¿no lo crees?
3. Adiós timidez
Aunque te prepares para enfrentar cualquier tema y cuides tu lenguaje corporal, poco o ningúnn resultado positivo verás reflejado si no te libras de la timidez. ¿Te imaginas a un Steve Jobs con miedo a hablar frente a su audiencia? Claro que no, y eso es porque para atraer a la gente hay que interactuar con ella.
Ser carismático es un don que no todos poseen en abundancia, pero aplicar estos consejos te ayudará a aumentar tu influencia en tus interlocutores pero, ¡recuerda!, no debes parecer forzado, por ejemplo, si lo tuyo no es decir chistes, mejor olvídate de ellos, ya que no te dejarán “bien parado”en el consultorio médico ni con tus colegas o pacientes.