De acuerdo con estimaciones del Pew Research Center desde 1994 los espacios laborales han mostrado una mezcla significativa de personas de distintas épocas, con los gen xers, los baby boomers y los representantes de las generaciones silenciosa y grandiosa colaborando a la vez. Hoy en día, aunque los millennials ya conforman la mayor parte de la fuerza laboral, todavía deben convivir y establecer comunicación con sus colaboradores en la jornada diaria.
No asumas que todo el mundo tiene suficiente contexto
- Mientras que tus empleados más jóvenes podrían carecer de la experiencia necesaria para considerar correctamente las consecuencias de sus decisiones u opiniones, el personal más veterano podría anclarse al pasado y volverse inflexible ante el cambio. Procura que todos tus colaboradores tienen la misma información si quieres establecer una comunicación efectiva.
Define correctamente los límites y parámetros de la comunicación
- Especialmente cuando se trata de tomar decisiones en grupo, es necesario que, como líder del consultorio, definas claramente el escenario sobre el que podrán moverse en su participación. De no hacerlo, se puede llegar a malentendidos, pérdida de moral o confusiones que dificulten aún más la interacción entre los diferentes elementos de tu equipo.
Involúcrate en la conversación
- No importa cuan profesionales sean tus colaboradores, una comunicación entre diferentes generaciones puede fácilmente salirse de control y perder el foco por la asincronía cultural inherente de sus personalidades. Debes manejar la interacción de forma tal que ningún grupo ahogue al otro y puedan mejorarse el uno al otro, siempre procurando el respeto y la honestidad.
Establece claramente su rol en el consultorio
- Así como sucedería en una organización que empleara únicamente a un grupo homogéneo de personas, si en tu negocio hay personas de varias generaciones debes cimentar desde un principio el alcance y poder de sus roles. Esta jerarquía, más que darle a unos u otros el poder de pisar sobre sus subordinados, te permite determinar desde el inicio la relación de respeto e influencia que debe de mantenerse, incluso si la comunicación es libre.