Debido a su capacidad de transmisión y mutación, así como la intensidad de sus síntomas cuando no existen los cuidados médicos adecuados, la influenza es todavía un problema de salud pública. A pesar que siempre se están creando nuevas vacunas y soluciones antivirales para enfrentar la enfermedad, muchas personas en el mundo todavía no pueden luchar contra ella fácilmente.

A raíz de la alerta de pandemia del virus AH1N1, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) reunió a un equipo de trabajo multidisciplinario para explorar opciones farmacológicas para combatir con mayor efectividad este tipo de enfermedades. Como resultado de las investigaciones, la institución educativa consiguió la creación de un antiviral de bajo costo para combatir la influenza.

Thomas Scior, académico de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP y uno de los especialistas llamados para este proyecto, afirmó en entrevista con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que la investigación permitió encontrar tres fármacos antivirales para la influenza, dos de ellos ya con patente y uno más con documentación pendiente.

En comparación con los antivirales del mercado, […] tenemos una ruta de síntesis más rápida y económica. En general, los tiempos son muy largos y cuando surge una epidemia hay problemas en el surtido y abastecimiento porque no se pueden producir en un día millones de tabletas. [En] mi investigación, con pocas moléculas se realizan procedimientos simples, inocuos y eficientes.

Scior afirmó que la BUAP ya trabaja para acercarse a productores industriales que retomen la fórmula de estos antivirales de bajo costo y se puedan utilizar en una futura posible emergencia de influenza. Sin embargo, apuntó que personalmente no sigue este proceso comercial de cerca  porque está más interesado en el potencial que tienen todavía las moléculas.

Son tres moléculas, todas distintas a las otras. Uno puede proponer moléculas y todas son derivadas o parientes de una molécula madre, pero en mi caso las tres son diferentes y no tienen un tronco común, son totalmente diferentes entre sí. A qué se debe, a la forma de la búsqueda y la forma de hacer el desarrollo.

La investigación de la BUAP sobre la influenza comenzó en 2009, poco después de la advertencia de pandemia emitida por la Organización Mundial de la Salud. De acuerdo con Thomas Scior, los resultados científicos concernientes a este fármaco fueron publicados en 2010.