Un total de 54 personas han sido infectadas a causa de la bacteria elizabethkingia anophelis, en el estado de Wisconsin, Estados Unidos, la cual también ha sido relacionada a 18 muertes en ese mismo lugar.
Los especialistas han declarado que la bacteria no es conocida por infectar a la gente a escalas tan grandes, por lo que se encuentran trabajando para saber cómo fue que tantas personas fueron infectadas.
Michael Bell, director adjunto de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), declaró que se trata de un brote muy grande, además de mencionar que la enfermedad puede afectar a personas con sistemas inmunes débiles o con estados graves de salud subyacentes, lo que puede causar la muerte.
La investigación inició cuando se dieron conocer seis casos entre el 29 de diciembre de 2015 y 5 de enero del presente año. Ante esta situación, la CDC incluyó a docenas de epidemiológicos y bioanalistas para que se hagan cargo del caso.
Autoridades del Departamento de Servicios de Salud de Wisconsin reportaron cuatro casos nuevos de esta enfermedad apenas la semana pasada, con lo cual han confirmado que la infección se encuentra en 12 condados de dicho estado.
“Hemos estado recibiendo informes casi todos los días, así que creo que este es in brote que seguirá dando de que hablar”, mencionó Chris Braden, investigador del CDC.
De acuerdo a las autoridades de salud, la mayoría de los pacientes tienen más de 65 años y las muertes han ocurrido en personas con afecciones graves como cáncer, enfermedad renal, cirrosis y diabetes.
Aunque existen antecedentes de brotes de esta misma bacteria, el ocurrido en el estado de Wisconsin parece ser muy diferente, ya que la bacteria ha ocasionado infecciones muy graves.
Es común que la bacteria se encuentre en el medio ambiente y normalmente no causa daños graves en las personas. “En este momento la fuente de estas infecciones es desconocida por lo que estamos trabajando para saber por qué es tan grave la infección y para tratar de contenerla lo más pronto posible”, dijeron portavoces del CDC.
