Como cada 29 de octubre, hoy se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebro Vascular (ACV). Lo más importante de esta fecha es hablar acerca del impacto que tiene este severo y mortal problema de salud. Para poner en contexto, en nuestro país ocurren alrededor de 100 mil casos de ACV cada año. Con esto, en la actualidad representa la cuarta causa de muerte.
Prevención, un factor clave
Los ACV, al igual que otros tantos problemas de salud, a menudo se pueden evitar. Lo ideal para los pacientes es prevenir sus factores de riesgo. Los principales son hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto, obesidad, sedentarismo, tabaquismo y alcoholismo. La mayoría de ellos se pueden combatir con una correcta alimentación y justamente es lo que siempre debes de transmitir a tus pacientes.
Otra forma en la que cualquier persona se puede mantener protegida es mediante revisiones médicas periódicas. De forma frecuente es pertinente acudir a una medición de la presión arterial, el azúcar en la sangre y el nivel de colesterol. A partir de los resultados se pueden determinar las probabilidades de sufrir un ACV.
¿Qué hacer ante un ACV?
La clave para el tratamiento y la recuperación de un ACV es llegar al hospital lo más pronto posible. Cuanto antes se atienda a la persona y se administre un tratamiento, existen mayores probabilidades de minimizar el daño. La mortalidad puede disminuir gracias a los novedosos tratamientos que permiten desbloquear arterias y ayudan a minimizar el daño cerebral. Los tratamientos endovasculares del accidente cerebrovascular isquémico, por ejemplo, están aumentando gracias a la disponibilidad de nuevos dispositivos efectivos para la eliminación del trombo.
El diagnóstico para el tratamiento óptimo en caso de un ACV se puede determinar mediante diversos tipos de análisis y exploraciones. Algunos de ellos son por tomografía computarizada, imágenes por resonancia magnética, ecografía o angiografía cerebral, entre otros.
