¿En qué consiste la cibersalud o eHealth?

En los últimos años, hay un término que parece que ha llegado para quedarse y es el de la cibersalud o eHealth, la cual, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entiende como el “uso de las tecnologías de información y comunicación para fomentar la saluda, ya sea in situ o a distancia”.

Lo que está claro es que la cibersalud brinda, hoy en día, una oportunidad única para el progreso de la salud pública y es que el fortalecimiento de los sistemas sanitarios mediante la cibersalud puede contribuir al disfrute de los Derechos Humanos fundamentales, ya que mejora los niveles de equidad y solidaridad, así como la calidad de vida y de la atención sanitaria.

La seguridad de las apps de cibersalud, uno de los temas pendientes

Básicamente, se puede afirmar que la normalización de la cibersalud ha estado en el programa de trabajo del UIT-T desde el año 2003 y esta labor se ha visto impulsada por la Asamblea Mundial de Normalización de las Telecomunicaciones (AMNT-12) y que adoptó la Resolución 78 – Aplicaciones y normas de las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar el acceso a los servicios de cibersalud.

Algo que queda latente con la cibersalud es que las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) han facilitado el registro y seguimiento de enfermedades, monitorizarlas, mapearlas y así conocer mejor los focos y causas de los problemas y es que las soluciones basadas en las TIC han transformado la capacidad de la población en general y, en particular, de los profesionales de la salud y de las instancias normativas, para adoptar decisiones mejor fundamentadas.

Ahora bien, lo que hay pendiente es que la seguridad no quede en un segundo plano a la hora de ofrecer las diferentes apps de cibersalud que suelen ayudar a los pacientes a comunicarse con el profesional médico. Es poro eso por lo que debe haber unos requisitos mínimos de seguridad, entre los que se podrían destacar los siguientes:

  • Prueba de la finalidad de la aplicación.
  • Prueba del código fuente.
  • Prueba de la arquitectura.
  • Prueba del software de terceros.
  • Prueba de la autenticación.
  • Prueba de la aplicación de la criptografía.
  • Prueba de los recursos de pago.
  • Prueba del almacenamiento y la protección de datos.
  • Prueba de las interacciones específicas de la plataforma.
  • Prueba de la resiliencia.
  • Prueba de la comunicación en red.