En Brasil, dos colectivos de médicos advirtieron que los hospitales públicos de Río de Janeiro están “abarrotados” y serán incapaces de atender la demanda de servicios derivada de la celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de agosto y septiembre próximos.
La denuncia fue efectuada por el Sindicato de Médicos de Río de Janeiro y el Consejo Regional de Medicina (CREMERJ), quienes visitaron los diez hospitales públicos que servirán para ofrecer atención a los turistas.
En conferencia de prensa informaron que, entre otros problemas, encontraron que los nosocomios carecen de personal médico suficiente, medicamentos y unidades de sangre.
Nelson Nahom, vicepresidente del CREMERJ, reportó, por ejemplo, que el hospital Lourenço Jorge, el más cercano al Parque Olímpico, posee capacidad para atender a 46 pacientes en la sala de emergencias, pero en una de sus visitas constató que tenía a 70, varios de ellos en los pasillos.
Los organismos señalaron que el nosocomio carece de quirófano especializado en neurocirugía, por lo que los pacientes que requieran este servicio tendrían que ser trasladados a otro hospital ubicado a unos 22 kilómetros de distancia de las zonas de competición.
Además de preocuparse por el déficit de ente 150 y 200 camas que diariamente se presenta en las unidades de tratamiento intensivo en los hospitales públicos de Río de Janeiro, se han mostrado inquietos por el poco tiempo que se tiene para entrenar al personal sanitario contratado como refuerzo, ya que sus prácticas comenzarán el 31 de julio, cinco días antes de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.
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