El cambio climático ya no es un problema lejano ni exclusivo del medio ambiente. Sus efectos se sienten cada vez más en la salud pública, especialmente en países como México, donde la diversidad geográfica, las desigualdades sociales y la vulnerabilidad climática se cruzan. El aumento de temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos y la variación en los patrones de lluvia están afectando la salud de millones de mexicanos.
Enfermedades transmitidas por vectores
Uno de los impactos más evidentes del cambio climático es el aumento de enfermedades transmitidas por vectores como el mosquito. Dengue, zika y chikungunya han ampliado su presencia en regiones donde antes no eran comunes, gracias a temperaturas más cálidas y lluvias irregulares que favorecen la reproducción de estos insectos.
Aumento de enfermedades respiratorias debido al cambio climático
Las olas de calor y los incendios forestales más frecuentes aumentan los niveles de contaminación del aire, especialmente en ciudades como CDMX, Guadalajara o Monterrey. Esto provoca un incremento en enfermedades respiratorias como asma, bronquitis y alergias, afectando sobre todo a niños, personas mayores y quienes viven con enfermedades crónicas.
Seguridad alimentaria y nutrición
Las sequías prolongadas y los cambios en los ciclos agrícolas afectan la producción de alimentos básicos como maíz, frijol o frutas. Esto no solo eleva los precios, sino que puede reducir el acceso a una alimentación variada y saludable, lo que repercute directamente en la nutrición y el sistema inmunológico de la población más vulnerable.
Salud mental en tiempo de cambio climático
El estrés constante por fenómenos como inundaciones, olas de calor o la pérdida de medios de vida también impacta la salud mental. La ecoansiedad y el estrés postraumático tras eventos extremos comienzan a ser reconocidos como parte de los efectos del cambio climático en la salud pública.
¿Qué se puede hacer?
Frente a este panorama, es clave fortalecer la prevención, adaptar el sistema de salud a nuevas amenazas, y educar a la población sobre cómo protegerse. También es fundamental integrar políticas ambientales y de salud pública, con un enfoque local y justo.
El cambio climático ya está aquí, y su impacto en la salud de los mexicanos es real. Proteger el medio ambiente también es cuidar nuestra salud. Actuar hoy es una inversión para un futuro más seguro y saludable para todos.