Los errores médicos son relativamente comunes dentro de los hospitales y clínicas. Para los pacientes y la población en general se trata de equivocaciones inadmisibles que no deberían ocurrir. Aunque algo que pocas veces se toma en cuenta es que este tipo de situaciones por lo regular no son intencionales sino que ocurren por diversos motivos.
Para empezar, es muy difícil que un médico quiera causar daño a un paciente de manera directa o deliberada. Además para ser un profesional de la salud es necesario cumplir con una extensa y estricta formación de varios años. Incluso la preparación nunca termina porque siempre es necesario mantenerse en constante actualización de por vida.
¿Qué es un error médico?
Antes de avanzar es necesario comprender el concepto central. De acuerdo con la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED) un error médico se define como “la conducta clínica equivocada en la práctica médica, por comisión o por omisión, como consecuencia de la decisión de aplicar un criterio incorrecto”.
- Conducta clínica equivocada: Se refiere a una acción (por comisión) o a la falta de una acción debida (por omisión) por parte del profesional de la salud.
- En la práctica médica: El error debe ocurrir dentro del contexto del ejercicio de las funciones médicas.
- Como consecuencia de la decisión de aplicar un criterio incorrecto: Este es un punto fundamental. Implica que el error no es intencional, sino que deriva de un juicio o una elección inadecuada por parte del médico, basada en sus conocimientos, habilidades y experiencia.
¿Por qué ocurren los errores médicos?
Los errores médicos son un problema complejo y multifactorial porque rara vez ocurren por una única causa. Por lo general son el resultado de una combinación de factores interrelacionados y lo más importante es que en ocasiones el responsable es el ambiente intrahospitalario y el estilo de vida de los doctores.
Factores humanos
- Fatiga y Burnout: Los profesionales de la salud a menudo trabajan largas horas y turnos agotadores, lo que lleva a la privación del sueño y al agotamiento. Esto disminuye la concentración, el juicio y el tiempo de reacción, aumentando el riesgo de errores.
- Falta de experiencia o capacitación inadecuada: Personal nuevo, rotaciones de especialidad o falta de formación continua pueden llevar a decisiones incorrectas o a la realización inadecuada de procedimientos.
- Estrés y presión: El entorno hospitalario es inherentemente estresante. La presión para atender a muchos pacientes, las situaciones de vida o muerte y la escasez de personal pueden afectar el rendimiento cognitivo.
- Distracciones: Un ambiente ruidoso, interrupciones frecuentes o la necesidad de realizar múltiples tareas simultáneamente pueden llevar a errores.
- Problemas de juicio o toma de decisiones: Aunque se tenga experiencia, un juicio deficiente o una toma de decisiones apresurada bajo presión pueden conducir a errores.
- Falta de adherencia a protocolos: Desviarse de los procedimientos estándar o de las guías de práctica clínica, ya sea por prisa o por costumbre, puede ser peligroso.
Problemas del sistema de salud
- Falta de personal y dotación inadecuada: La escasez de enfermeras, médicos o personal de apoyo significa que los existentes están sobrecargados, lo que aumenta la probabilidad de pasar por alto detalles importantes.
- Culturas de seguridad deficientes: Si la cultura de la institución no fomenta la notificación de errores, el aprendizaje de ellos y la implementación de mejoras, los errores se repiten. Puede haber una cultura de “culpa” en lugar de una de “aprendizaje”.
- Procesos y protocolos poco claros o inexistentes: La falta de estandarización en procedimientos críticos puede generar variabilidad y oportunidades para el error.
- Liderazgo y gestión ineficaces: Una dirección que no prioriza la seguridad del paciente, que no invierte en recursos adecuados o que no escucha las preocupaciones del personal puede contribuir a un entorno propenso a errores.
- Infraestructura y equipos deficientes: Equipos obsoletos, mal mantenidos o mal diseñados, así como una infraestructura física inadecuada, pueden comprometer la seguridad.
Fallas en la comunicación interna
- Traspasos ineficaces: Durante los cambios de turno o la transferencia de pacientes entre departamentos, la información crucial puede perderse, malinterpretarse o no transmitirse adecuadamente.
- Falta de comunicación entre equipos: La comunicación deficiente entre médicos, enfermeras, farmacéuticos y otros profesionales de la salud puede llevar a malentendidos sobre el plan de tratamiento o el estado del paciente.
- Barreras lingüísticas y culturales: Tanto entre el personal como con los pacientes, las diferencias idiomáticas o culturales pueden llevar a confusiones y errores.
- Comunicación deficiente con el paciente/familiares: La falta de información clara al paciente sobre su condición, tratamiento o medicamentos puede llevar a errores en la adherencia o al manejo en casa.
Abordar los errores médicos requiere un enfoque complejo y debe incluir desde una mejora en la comunicación interna hasta la optimización de los sistemas, la formación continua del personal y la creación de una cultura de seguridad.