Estudios previos han confirmado que beber alcohol en exceso afecta las conexiones neuronales del cerebelo.

Con base a lo anterior, una investigación realizada  en la Universidad de Texas, dio a conocer en la revista Biological Psychiatry que algunas neuronas cerebrales son capaces de influir en el consumo de alcohol.

El equipo de trabajo encabezado por el doctor Jun Wang, realizó el trabajo de experimentación con ratones y determinaron que las bebidas alcohólicas en grandes cantidades son capaces de modificar la estructura física y la función de las neuronas espinosas medias en el cuerpo estriado dorsomedial, zona en la que se lleva a cabo la toma de decisiones.

“La activación de ciertas neuronas conocidas como D1, promueven aún más el consumo de alcohol. En tanto que las D2, su contraparte, tienen una función completamente opuesta: nos aconsejan que dejemos de beber, por lo que podría decirse que existe una lucha interna entre estos grupos de neuronas”, explicó Jun Wang.

El experto mencionó que cuando las neuronas D2 se encuentran activas, hacen un llamado para que la persona deje de beber, desempeñando así un papel de previsión.

“El problema es que estas neuronas tienden a desactivarse cuando el consumo de alcohol ha sobrepaso los límites normales. De esta forma, los ciclos repetitivos de consumo excesivo de alcohol, seguidos por un tiempo de abstinencia, pueden afectar la intensidad de las conexiones neuronales provocando que las neuronas D2 sean menos potentes hasta que se desactivan y dejan de funcionar de modo que ya no pueden aconsejar a la persona que deje de beber”, informó el experto.

Wang señaló que esta práctica desmedida contribuye a un mayor consumo de alcohol, pues las neuronas buenas han quedado inhibidas. Sin embargo, el investigador opina que posiblemente algún día sea posible desarrollar tratamientos que ayuden a regenerar las neuronas D2 para poder controlar el alcoholismo.