En el siguiente artículo te vamos a compartir los principales consejos que debes seguir para evitar cometer una mala praxis médica. El tema es de gran relevancia porque es la base para brindar una atención correcta a los pacientes. Además muchas veces una falla, por más mínima que parezca, puede desembocar en severos problemas legales.
De manera natural ningún médico desea afectar o hacer daño a sus pacientes. El problema es que cualquier equivocación puede afectar no sólo a la persona que tiene enfrente sino también poner en riesgo su propio prestigio.
¿Qué significa el término “mala praxis médica”?
De acuerdo con la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) una mala praxis médica es toda infracción cometida por un profesional de la salud durante el deber propio de su labor y más concretamente del deber de actuar con la diligencia objetivamente exigida por la naturaleza del acto médico que ejecuta, según las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.
Dicho de otra forma, es cualquier irregularidad en la prestación de servicios médicos que contraviene los estándares y principios que rigen la práctica profesional.
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Guía para evitar actuar de forma indebida al atender pacientes
A partir de lo anterior, a continuación te compartimos una guía práctica para evitar cometer una mala praxis médica. Todos los consejos los debes aplicar en todo momento durante tu trabajo profesional para disminuir riesgos.
Mantén tus conocimientos actualizados constantemente
La medicina es una ciencia en constante evolución. Para evitar errores es crucial que te mantengas al día con los últimos avances, guías clínicas y tratamientos.
Procura asistir a congresos, seminarios, talleres y cursos de formación regularmente. Además también es de ayuda leer publicaciones científicas y revistas especializadas para conocer los avances más recientes.
Comunícate de forma clara y efectiva con los pacientes
Una de las principales causas de quejas y demandas es la falta de comunicación. Para evitar una mala praxis médica es vital explicar a detalle el diagnóstico y el plan de tratamiento a cada paciente. Recuerda usar un lenguaje sencillo y evitar los tecnicismos.
También verifica que el paciente ha entendido completamente el procedimiento o tratamiento y ha otorgado su consentimiento de forma voluntaria y documentada antes de realizarlo.
Documenta todo minuciosamente
La documentación es tu mejor aliada en caso de una disputa o una denuncia por una mala praxis médica. Un buen registro es evidencia de la calidad de la atención. Con esto en mente, asegúrate de anotar cada interacción con el paciente: historial, examen físico, diagnóstico diferencial, plan de tratamiento, medicamentos prescritos, consejos dados, consentimiento informado y cualquier comunicación relevante.
Además los registros deben ser exactos, legibles y completados tan pronto como sea posible después de la interacción con el paciente. También usa un lenguaje claro y evita abreviaturas que puedan llevar a confusión.
Conoce tus límites y no dudes en referir
Reconocer tus propias limitaciones y especialidades es una señal de profesionalismo. Si un caso supera tu área de conocimiento o experiencia, no dudes en referir al paciente a un especialista adecuado.
Sumado a lo anterior, en casos complejos o inusuales considera obtener una segunda opinión.
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Cultiva habilidades interpersonales y empatía
Una buena relación médico-paciente no solo mejora la comunicación sino que también reduce la probabilidad de demandas.
Entiende que los pacientes a menudo están en un estado vulnerable. Además recuerda actuar siempre con respeto y ética, estableciendo límites claros en la relación médico-paciente.
Sigue los protocolos y Guías Clínicas
Las guías y protocolos establecidos por organismos profesionales y de salud se crean para estandarizar la atención y mejorar los resultados.
Sigue los protocolos reconocidos para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades. Si te desvías de un protocolo estándar, asegúrate de tener una justificación médica sólida y documenta todo cuidadosamente.
Gestiona el estrés y busca bienestar personal
El agotamiento y el estrés pueden llevar a errores. Aprende a decir “no” y a no sobrecargarte de trabajo.
Además es muy importante cuidar tu salud física y mental. Duerme lo suficiente, come bien, haz ejercicio y busca apoyo si te sientes abrumado. Un médico sano es un médico más seguro.
Contar con una póliza de Seguro de Responsabilidad Civil
Aunque no evita la mala praxis médica como tal es una medida de protección fundamental en caso de una demanda.
Revisa los términos de tu póliza y asegúrate de que te cubra adecuadamente para el tipo de práctica que realizas.
Finalmente, seguir todas las indicaciones mencionadas te será de gran ayuda para evitar cometer una mala praxis médica. Y lo más importante es que de manera inmediata también vas a lograr una mejora en tu práctica clínica.