Las vacaciones de verano están a punto de llegar a su final. Para los niños y adolescentes
marca el regreso a sus actividades escolares y reencontrarse con compañeros. Más allá de la alegría hay un dato preocupante. De acuerdo con los especialistas, durante los primeros 15 días de clases los niños pueden experimentar un incremento del 70% en probabilidades de contraer infecciones respiratorias.
Con este panorama, resulta crucial generar conciencia acerca de la importancia de proteger la salud respiratoria desde los primeros síntomas, evitando complicaciones más graves y cuidando el sistema inmunológico de los menores.
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Pero, ¿por qué aumentan las infecciones respiratorias durante el regreso a clases?
Contrario a lo que algunos piensan, las infecciones respiratorias no tienen relación con el clima ni con el frío sino con los entornos.
Las aulas escolares se convierten en espacios de alto riesgo epidemiológico debido a tres causas principales: la concentración de niños en espacios cerrados, la circulación de nuevos virus introducidos durante el verano y el debilitamiento temporal del sistema inmunológico por el cambio de rutinas.
Cuando estudiantes, profesores y personal escolar vuelven a convivir, los virus y bacterias causantes de resfriados comunes, bronquitis, asma, rinitis alérgica, gripa y tos, entre otras, encuentran las condiciones perfectas para transmitirse con facilidad.
Un simple estornudo, el contacto con superficies contaminadas o la interacción con personas enfermas pueden desencadenar contagios que, de no atenderse adecuadamente, pueden evolucionar en complicaciones más graves.
De acuerdo con la Dra. Carmen Celeste Rosas, las enfermedades respiratorias recurrentes en niños durante el regreso a clases deben abordarse con un enfoque preventivo, no reactivo. Una atención médica oportuna no solo protege a los menores en los primeros días de escuela, sino que previene complicaciones a largo plazo y reduce el riesgo de brotes cada vez más fuertes.
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Consejos para prevenir este tipo de infecciones
Es fundamental seguir medidas de higiene básicas como cubrirse con un pañuelo desechable (o con el antebrazo) al toser o estornudar, mantener una alimentación balanceada rica en vitamina C y beber suficientes líquidos. Además de tener un esquema de vacunación completo, realizar actividad física regular para fortalecer las defensas y, especialmente, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón son acciones clave.
Esta última medida puede reducir hasta en un 80% el riesgo de contraer enfermedades de transmisión por contacto, convirtiéndose en una de las estrategias más eficaces para frenar la propagación de virus y bacterias en los salones de clases.
Reforzar las medidas de salud preventivas para proteger a los niños y las niñas en este regreso a clases será un punto clave para que, durante las primeras semanas, su salud y sistema inmunológico estén preparados para evitar contraer infecciones respiratorias que puedan afectar la calidad de vida y de estudio de los menores.