La depresión genera en el individuo que la padece dificultades tanto en la relación con los demás como en su autocuidado diario, físico y mental. “La persona empieza a sufrir dificultad en su rendimiento cognitivo y en su capacidad de desarrollar tareas laborales, académicas o la resolución de problemas básicos que plantean la adaptación al mundo. Asimismo, despierta en el entorno actitudes de desconfianza y rechazo más o menos sutiles que hacen aún más difícil la existencia de la persona deprimida”.
Todo ello, señala la psiquiatra y psicoterapeuta Ana Isabel Sanz, implica una discapacidad cuyo afrontamiento requiere un abordaje inclusivo, con desarrollo de medidas de apoyo colectivo, superación del señalamiento derivado del estigma y oferta de acciones que compensen ese sobreesfuerzo que implica para la persona deprimida realizar los actos más simples.
Con esto en mente, en Saludiario tuvimos la oportunidad de platicar con la doctora Sanz, quien es fundadora del Instituto Psiquiátrico Ipsias y directora del departamento de psiquiatría del Centro de Rehabilitación Dionisia Plaza de Madrid. Además fue premiada como mejor psiquiatra en los Premios Europeos de Medicina 2024.
¿Qué impacto tiene la depresión incapacitante en la vida diaria de una persona, tanto en lo laboral como en lo social y familiar?
Cuando una persona sufre una depresión experimenta dificultades para levantarse de la cama, asearse, elegir la ropa que ha de llevar y hasta para encontrar la energía para alimentarse, desplazarse al lugar de trabajo, comprender y concentrarse en las tareas que tiene asignadas y participar en los intercambios con los compañeros, tanto de tipo social como en aquellos centrados en aspectos puramente laborales. Le cuesta y le angustia participar, seguir el hilo de las conversaciones, comprender lo que le están diciendo e interpretar la forma y el tono emocional con que se dirigen a ella.
Fuera del trabajo y en la familia, la persona con depresión tiende a aislarse y a veces a reaccionar con irritabilidad desproporcionada cuando se siente cuestionada o no comprendida.
¿La mayoría de pacientes con depresión cargan con una sensación de sentirse excluidos?
La sensación de sentirse excluida o juzgada resulta frecuente en la persona que atraviesa una depresión. De hecho, mientras le es posible trata de ocultar sus síntomas y disimular una falsa alegría o interés para evitar esa dañina sensación de sentirse criticada y apartada.
¿De qué forma el reconocimiento de la depresión como discapacidad puede ayudar a visibilizar la enfermedad y poner soluciones más adaptadas a cada caso?
El reconocimiento de un grado de discapacidad asociado a la depresión suele ser un hecho ocultado por la persona que lo ha recibido. No suele vivirse de buen grado sentirse “menos”. No obstante, cuando se explica adecuadamente lo que implica ese reconocimiento social de las dificultades funcionales asociadas a la depresión, esa actitud cambia y ayuda a entender mejor a la persona afectada que la depresión realmente es un trastorno y no un capricho o una debilidad. En el ámbito laboral, cuando se respeta y se aplica adecuadamente el reconocimiento de la discapacidad, es una medida que permite plantearse las adaptaciones del puesto laboral que muchas veces requiere una persona en una fase aguda de una depresión o como medidas de prevención de posibles recaídas futuras una vez que se ha recuperado.
¿Qué apoyos médicos y sociales son más efectivos para mejorar la calidad de vida y la integración de quien pasa por una depresión incapacitante?
El apoyo psicoterapéutico, las actividades psicoeducativas para los afectados y sus familiares, la organización de sesiones grupales periódicas donde poner en común las dificultades experimentadas como resultado del sentirse “diferente”, no entendido e incluso criticado por no sentirse optimista son soportes médico-sociales que no deberían faltar en ningún proceso de tratamiento de un episodio depresivo. Contribuyen a una mejora más rápida y con menos secuelas a largo plazo.
¿Qué mensaje daría a quienes todavía creen que la depresión es simplemente “falta de voluntad” y no una condición que puede llegar a ser discapacitante?
Lógicamente que es un concepto erróneo. La depresión implica disfunciones de las conexiones neuronales y cada vez más se sabe que afecta a más mediadores químicos vinculados a la inflamación, por ejemplo. Nadie discute el carácter objetivo de patologías como la hipertensión, la artritis u otras muchas afecciones que afectan a la materia orgánica del cuerpo. La depresión, además de otros factores vivenciales y psicológicos, tiene una dimensión somática tan demostrada como en cualquier otra enfermedad y así debe ser entendida, respetada y abordada.
