La Secretaría de Salud anunció un acuerdo integral con el Congreso y el sector productivo para fijar un nuevo Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas con azúcar y con edulcorantes. La medida busca reducir el consumo de ultraprocesados, prevenir enfermedades metabólicas y fomentar productos más saludables sin afectar la competitividad industrial.
Datos clave
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IEPS vigente: 3.8 pesos por litro para bebidas con azúcar y 1.5 pesos para las endulzadas con edulcorantes.
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Objetivo: reducir el consumo de refrescos y bebidas calóricas, que en México alcanza 166 litros por persona al año, el más alto del mundo.
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Actores involucrados: Secretaría de Salud, Congreso de la Unión, Asociación Mexicana de Bebidas (MexBeb) y empresas como Coca-Cola México, Femsa, Arca Continental y Jugos del Valle.
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Compromisos empresariales: reducción de 30% de calorías, eliminación de publicidad a menores y reformulación de productos.
Una medida fiscal con enfoque de salud pública
Durante una conferencia conjunta, autoridades de Salud y representantes legislativos destacaron que este acuerdo es parte de una estrategia nacional de salud preventiva, orientada a disminuir el consumo de productos ultraprocesados.
El secretario de Salud, David Kershenobich, subrayó que el IEPS “no es una medida recaudatoria, sino educativa y transformadora”. Según explicó, la política busca promover hábitos saludables desde la infancia y fortalecer la corresponsabilidad entre gobierno, industria y sociedad.
Por su parte, el subsecretario Eduardo Clark señaló que el nuevo IEPS se inscribe en la lucha contra la crisis cardiometabólica que enfrenta el país, donde la obesidad y la diabetes son las principales causas de mortalidad.
El papel del sector privado: corresponsabilidad y reformulación
El acuerdo no sólo establece un nuevo marco impositivo, sino que incorpora compromisos voluntarios del sector productivo.
El representante de la Asociación Mexicana de Bebidas, Andrés Massieu Fernández, reconoció la apertura del gobierno y aseguró que las empresas reforzarán la innovación y la autorregulación para orientar al consumidor hacia mejores opciones.
De igual manera, Coca-Cola México anunció una reducción del 30% en las calorías de su bebida regular, la expansión de sus versiones sin azúcar y la eliminación de publicidad dirigida a menores de 16 años.
Estos compromisos serán supervisados a través de una mesa permanente de trabajo con la Secretaría de Salud.
Comparativo internacional: el caso de Chile y Reino Unido
La medida mexicana se alinea con políticas fiscales de salud aplicadas en otros países.
En Chile, la introducción del impuesto a bebidas azucaradas en 2014 —junto con el etiquetado frontal— redujo el consumo en un 21.6% en cinco años, según datos del Journal of Nutrition.
En Reino Unido, el “Sugar Tax” implementado en 2018 impulsó la reformulación del 50% de las bebidas del mercado, de acuerdo con Public Health England.
México busca replicar estos resultados adaptando su modelo al contexto nacional, donde el consumo de refrescos es parte de la cultura alimentaria cotidiana. El reto será equilibrar salud pública y competitividad industrial.
Hacia una “República Sana”
El presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila, calificó el acuerdo como “innovador y ejemplar”, destacando que “pocos países han logrado colocar la salud pública por encima de los intereses recaudatorios”.
La Secretaría de Salud afirmó que esta política es parte de la construcción de una “República Sana”, que prioriza la prevención, la educación y la corresponsabilidad social.
El acuerdo con el sector productivo marca un precedente histórico para las políticas públicas en salud y nutrición en México.
El nuevo IEPS a bebidas calóricas y endulzadas es un paso decisivo en la estrategia nacional de salud preventiva. Su éxito dependerá de la colaboración constante entre gobierno, industria y ciudadanía, así como de la vigilancia para asegurar que los compromisos de reformulación y publicidad responsable se cumplan. México avanza hacia un modelo donde el consumo responsable y la innovación alimentaria son pilares de un futuro más saludable.
