El inicio de la temporada de otoño significa que es momento de aplicar la vacuna contra la influenza. A la fecha se trata de una de las mejores estrategias sanitarias porque no sólo protege a quienes la reciben sino que también reduce la transmisión comunitaria, protege a los grupos vulnerables y disminuye la carga hospitalaria y económica en las comunidades.
Al respecto, la Asociación Mexicana de Vacunología, el Instituto Nacional de Educación Médica Continua, la Federación Mexicana de Diabetes, la Asociación Mexicana de Gerontología y Geriatría y el Grupo de Expertos en Hipertensión Arterial México publicaron un documento acerca de la importancia de impulsar la vacunación universal contra la influenza.
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Recomendaciones para avanzar hacia la vacunación universal
El documento que se puede consultar completo AQUÍ propone como un primer paso hacia la universalización, introducir progresivamente a diversos grupos en el Programa Nacional de Vacunación. Por ejemplo, se puede iniciar con la inclusión de adultos de 50 años y más, independientemente de si tienen o no enfermedades adicionales o asociadas (comorbilidades).
Modelaciones realizadas en México indican que incluir a los adultos de 50 a 59 años en el esquema nacional podría prevenir más de 199,000 casos y ahorrar hasta 50 millones de dólares en costos de atención médica por temporada.
¿Qué beneficios ofrece la vacuna contra la influenza?
Otro ejemplo de los beneficios de la inmunización universal contra la influencia, de una forma gradual e incluyente se presenta en el grupo de adultos de 60 años o más, para quienes se recomienda adoptar la vacuna de alta dosis contra influenza, ya que ha demostrado mayor eficacia en la prevención de neumonía, hospitalizaciones y complicaciones cardiorrespiratorias en este grupo de edad.
Estudios recientes muestran que la vacuna contra la influenza de alta dosis reduce en 24% el riesgo de influenza confirmada por laboratorio y disminuye en 28% las hospitalizaciones por neumonía en comparación con la vacuna convencional.
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Otros beneficios adicionales
La vacuna contra la influenza también ofrece beneficios adicionales a la prevención de la infección respiratoria. De hecho se ha demostrado que reduce hasta en 45% el riesgo de infarto agudo al miocardio, en 20 a 30% el riesgo de accidente cerebrovascular y en más de 40% las hospitalizaciones por causas cardiorrespiratorias durante la temporada de influenza.
La protección indirecta que brinda la vacunación se debe a la prevención de la inflamación sistémica, la descompensación metabólica y la sobrecarga cardiovascular que puede desencadenar. Por ello, la vacunación anual, universal, gradual y/o de alta dosis, representa una estrategia integral de prevención cardiovascular y metabólica, especialmente en personas con enfermedades crónicas, como la población de 50-60 años o más.
La recomendación de este grupo de asociaciones médicas también se sustenta en evidencia nacional e internacional. De hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 70–85% de las muertes relacionadas con influenza y el 50–70% de las hospitalizaciones ocurren en adultos mayores de 65 años.