La vacunación escolar ha sido, durante décadas, una herramienta clave para proteger la salud de millones de niños y niñas en México. Sin embargo, los cambios en el panorama epidemiológico, la aparición de nuevas enfermedades y la necesidad de reforzar la inmunidad colectiva han llevado a expertos a cuestionar si el calendario tradicional es suficiente. La posibilidad de ampliar la vacunación en el entorno escolar surge como una estrategia valiosa para cerrar brechas de cobertura y fortalecer la salud pública.
Uno de los principales argumentos a favor de ampliar la vacunación escolar es la oportunidad de alcanzar a niños que no reciben atención médica regular. En muchas regiones del país, la escuela funciona como el punto de contacto más constante entre el sistema de salud y la niñez. Incorporar refuerzos o nuevas vacunas en este espacio permitiría identificar rezagos y asegurar que más estudiantes reciban protección adecuada.
La expansión en la vacunación escolar requiere de coordinar esfuerzos
Entre las vacunas que podrían considerarse para ampliación se encuentran los refuerzos de Tdap, especialmente útiles en adolescentes, así como la vacuna contra el VPH, que en algunos estados aún presenta coberturas insuficientes. También surge el debate sobre incluir vacunas más recientes contra enfermedades respiratorias, especialmente en contextos de brotes o temporadas de alta transmisión.
Para implementar esta expansión, es indispensable coordinar esfuerzos entre el sector educativo y el de salud. Esto incluye capacitar a docentes en identificación de signos de alerta, facilitar la logística de brigadas móviles y garantizar el suministro constante de vacunas. En comunidades rurales, la llegada de equipos móviles vacunadores a las escuelas puede representar una forma eficiente de superar barreras geográficas.
La aceptación social también es clave
Otro aspecto importante es la aceptación social. Cualquier ampliación debe ir acompañada de campañas informativas claras que expliquen los beneficios y la seguridad de las vacunas, así como la importancia de completar esquemas a lo largo de la infancia y adolescencia. Para muchas familias, la escuela es un espacio de confianza, lo que puede aumentar la disposición a autorizar la vacunación.
Aun así, no se pueden ignorar los desafíos. La falta de personal, los problemas de distribución y los altibajos en el abastecimiento pueden complicar la implementación de nuevos esquemas. Por ello, la expansión debe planearse de manera gradual, fortaleciendo previamente la infraestructura existente.
Ampliar la vacunación escolar en México fuera del calendario tradicional es una oportunidad para aumentar coberturas, proteger a los estudiantes y responder a las necesidades epidemiológicas actuales. Con una estrategia bien coordinada, la escuela puede convertirse en un escenario clave para garantizar un país más saludable.
