Uso de pantallas y sedentarismo en niños mexicanos en edad preescolar: influencia sobre salud y desarrollo

En los últimos años, el uso de pantallas se ha convertido en parte de la vida cotidiana de muchos niños mexicanos en edad preescolar. Teléfonos móviles, tabletas, televisores y videojuegos están presentes en los hogares, y aunque pueden ser herramientas educativas cuando se utilizan adecuadamente, su uso excesivo combinado con el sedentarismo representa un desafío creciente para la salud y el desarrollo infantil.

Son muchas las consecuencias negativas que tiene el sedentarismo en niños

Diversos especialistas señalan que los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo motor, cognitivo y socioemocional. Sin embargo, en muchas familias —especialmente aquellas con horarios laborales extensos o con espacios limitados para el juego activo— las pantallas se convierten en un recurso frecuente para entretener o calmar a los niños. Esto reduce significativamente el tiempo dedicado al movimiento libre, al juego al aire libre y a la exploración, actividades esenciales para fortalecer músculos, coordinación y regulación emocional.

El sedentarismo prolongado tiene consecuencias claras: incremento del riesgo de sobrepeso y obesidad, alteraciones del sueño, dificultades en la atención y menor desarrollo motor. Además, la exposición excesiva a pantallas puede afectar habilidades sociales si reemplaza interacciones directas con adultos y otros niños. En preescolares, donde la comunicación verbal y la empatía están en pleno crecimiento, la calidad del tiempo compartido es tan importante como la cantidad.

Otro factor relevante es el contenido al que están expuestos. Aunque existen programas educativos y aplicaciones diseñadas para esta etapa, muchos niños consumen contenido no supervisado o no apropiado para su edad. Esto puede generar sobreestimulación, ansiedad o imitación de comportamientos inadecuados. La ausencia de límites claros también favorece hábitos difíciles de modificar conforme los niños crecen.

El uso moderado de pantallas puede ser beneficioso

A pesar de estos riesgos, el uso moderado y orientado de las pantallas puede ser beneficioso. Contenidos interactivos, videos educativos breves y aplicaciones que fomentan el aprendizaje pueden complementar el desarrollo infantil, siempre que se utilicen con acompañamiento adulto y por periodos controlados.

Promover hábitos saludables requiere un enfoque integral. Las familias pueden establecer rutinas que incluyan tiempo para el movimiento, juegos activos dentro del hogar, lectura y actividades creativas. Las escuelas y centros comunitarios también pueden jugar un papel crucial al ofrecer espacios seguros para el juego físico y al orientar a los padres sobre prácticas digitales saludables.

Equilibrar el uso de pantallas y el movimiento es esencial para asegurar que los niños mexicanos en edad preescolar crezcan con bases sólidas para su salud y desarrollo integral.