En China, cientos de personas con cáncer que no pueden pagar la habitación de un hospital, deben pasar días enteros en los llamados hoteles del cáncer.
Aunque les llaman “hoteles”, en realidad se trata de construcciones deplorables ubicadas alrededor del hospital más importante de Pekín, dedicado al tratamiento contra el cáncer.
De acuerdo a la BBC, Se trata de huéspedes de poblaciones remotas y empobrecidas que debido a su precariedad, deben alquilar pequeños cuartos y esperar en ellos hasta ser atendidos.
Algunos especialistas han mencionado que Pekín se ha convertido en la sala de espera más grande del mundo. Se trata de un asombroso contraste entre el acelerado y enorme crecimiento económico del país asiático y la pobreza que aún carcome a un gran porcentaje de la población china.
El sistema de salud de China es uno de los más caros del mundo, razón por la que muchas personas deben refugiarse en construcciones ruinosas e interconectadas, situadas a pocos metros del hospital oncológico más grande de la capital de China.
Las consecuencias de padecer cáncer no sólo son económicas
Una noche en el hotel del cáncer puede costar 10 dólares por noche, en comparación a los 20 dólares que cuesta un cuarto en el hospital oncológico, un precio que los miles de campesinos que viajan hasta Pekín en busca de una posible solución, no pueden pagar.
“Debemos cuidar cada centavo. Nosotros somos granjeros y ya hemos gastado más de 40 mil 500 dólares”, dijo un hombre cuya esposa padece cáncer cervical.
El sistema de salud chino está colapsado, pues, a pesar de que sus casi 1,400 millones de habitantes tienen acceso a él, la cobertura para enfermedades crónicas está limitada.
Datos de la Organización Mundial de la Salud señalan que los niveles de cáncer en China se incrementan de forma sorprendente. Según este organismo, más de 2 millones de personas mueren cada año por este padecimiento.
Imágenes: Reuters.
