Una de las opciones que los médicos tienen para ejercer su profesión es la de abrir su propio establecimiento de salud, pero no siempre es fácil, ya que al principio se cuenta solamente con la convicción y, en los mejores casos, con el apoyo de unos cuantos familiares y amigos.

Sin embargo, siempre será bueno tener aliados incondicionales, alguien que esté dispuesto a convertirse en socio, pero encontrarlo puede ser tan difícil como dar con la “media naranja”.

Al respecto, cabe destaca que un socio no es necesariamente alguien que tenga recursos económicos para invertir en el proyecto de salud, éste puede ser alguien en quien se deleguen ciertas tareas o responsabilidades importantes y se comprometa a hacer crecer al establecimiento pero, ante todo, tiene que estar dispuesto a casarse con la idea de negocio.

Antes de elegir a un socio, el médico emprendedor debe recordar que éste no tiene que ser necesariamente un amigo, pues muchas veces habrá de señalar nuestros errores y criticarnos por lo que hacemos a fin de ir por el mejor camino.

Encontrar al socio ideal es tarea que puede llevar demasiado tiempo, pero lo importante es ir en busca de alguien que brinde apoyo en el campo operativo y nos permita mantener los pies en el suelo.

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